FOTOGRAFÍA

100 años de vida de la comarca de A Limia inmortalizada en fotografías

Xinzo de Limia. 15/06/18. Entrevista a Luis y Gonzalo Dacal, por el 100 aniversario de su empresa Foto Dacal en Xinzo de Limia.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera José Luis y Gonzalo Dacal con su colección de cámaras.

José Luis y Gonzalo son la cuarta generación de Foto Dacal, en Xinzo de Limia. Su bisabuelo fundó este estudio, en el que se han retratado 100 décadas de vida de A Limia, a su regreso de Cuba. 

Si hay un recuerdo que, probablemente, no falta en ningún hogar limiano, es una fotografía firmada por Foto Dacal. José Luis y Gonzalo Dacal son hermanos y representan la cuarta generación de fotógrafos del estudio de la calle San Roque, que han visto pasar la vida de la comarca a través de los objetivos de sus cámaras. La marca acaba de cumplir 100 años: toda una vida dedicada al retrato y llena de anécdotas e historias curiosas que ambos recuerdan con cariño. 

"Todo empezó cuando nuestro bisabuelo trajo una cámara de Cuba", dice José Luis. "Él era zapatero y cambió aquella profesión por la fotografía. En aquella época, tener una cámara era lo más y nuestro abuelo Senén la heredó y continuó con el negocio", añadió. 

Por aquel entonces, los primeros fotógrafos de Foto Dacal se desplazaban en bicicleta por A Limia para hacer los primeros retratos y fotos de carnet que se pagaban a cuatro pesetas. "Una anécdota curiosa es que las mujeres del pueblo decían que cuando el retratista se tapaba la cabeza podía ver desnudas a las personas", recuerda, divertido, Gonzalo Dacal.

El primer laboratorio en blanco y negro de la familia se montó en 1945 en Sabucedo, Porqueira. "Miguel Ángel de Villar Foto le ayudó mucho a mi abuelo, porque fue el primero en venderle todos los aparatos que necesitaba para poder trabajar. Sin embargo, en aquella época se trabajaba más con la minutera, porque había falta de papel y de químicos", matiza José Luis.

El negocio continuó creciendo hasta que la familia montó la primera tienda con estudio en la calle de San Roque de Xinzo, en 1950,  y en esa época empezaron a hacerse las primeras fotocopias. "Había que hacer positivo primero y negativo después. Podía tardarse una media hora en hacer esta tarea y  había que secar las copias porque salían mojadas", explica José Luis.

Pero si hubo una década en la que la fotografía -tal y como está concebida- llegó a su punto álgido esa fue la de los 80 y principios de los 90. La familia Dacal, ahora ya formada por José Luis, Gonzalo y el padre de ambos, acondicionó en 1984 el primer laboratorio de color en el que se llegaron a revelar entre 4.000 y 5.000 fotos al día. En estos años grabaron también los primeros vídeos. "Se hacían muy baratos. Fue la época en la que pasamos del Super 8 a la cinta, es decir, de proyectar 5 minutos en pantalla a 4 horas", dice Gonzalo. "Al principio se grababa una boda y se mostraba al final del banquete. Podía costarle a la familia, aproximadamente, 200,000 pesetas de las de entonces. Como echaban el vídeo en el restaurante ya les valía, no lo guardaban", apunta José Luis.

El equipo de grabación estaba formado por cuatro personas que manipulaban la batería, la cámara de vídeo, la de fotos y el magnetoscopio. "Antes había un montón de bodas. En los 90 se llegaron a hacer casi 150 en un año, el 90 por ciento de ellas en A Limia", manifiesta Gonzalo. 

Los hermanos Dacal fueron los primeros corresponsales del Diario La Región en la comarca . "Hacíamos fotos del Antela y de los políticos de por aquel entonces, que incluso nos venían a buscar a casa", recuerda José Luis. 

Entre las fotos favoritas de los responsables del estudio centenario se encuentran las de las Pantallas durante el Entroido.

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