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A Limia recupera su riqueza animal, 60 años después

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photo_camera El Lepidurus solo existe en la comarca de A Limia y tiene 250 millones de años de antigüedad.

Las inundaciones favorecen el retorno de aves e invertebrados a la zona. Desde la Sociedade de Historia Natural sugieren que ciertas zonas se dediquen a ganadería en extensivo

Las lluvias registradas en las últimas semanas en A Limia -época de paso de especies migratorias- están propiciando el retorno de aves acuáticas que encuentran en las zonas encharcadas de la comarca un lugar de reposo y alimentación "muy importante", tal y como explica Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural.

La desecación de la Laguna de Antela, hace ahora 60 años, provocó la pérdida de una gran riqueza medioambiental, con especies avícolas que dejaron de hacer parada en la comarca en este tiempo. Gracias a estas lluvias abundantes, algunas como el avefría tendrán más facilidades para volver a criar en esta zona.

Pero el agua no sólo es positiva para los alados, los Lepidurus, invertebrados que datan de hace más de 250 millones de años y que, en Galicia, sólo existen en A Limia, ya se pueden observar en las charcas y "veigas" de lugares como Sarreaus, Trasmiras, Porqueira y Vilar de Barrio. "Son animales que precisan de encharcamientos poco profundos para poder desarrollarse. En A Limia siempre hubo millones de ellos", explica el presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural. "Los adultos se mueren cuando se secan, pero dejan tras de sí unos cuerpos de resistencia, unos huevos que eclosionan cuando empiezan a humedecerse", añade. Estos embriones pueden durar hasta 25 años sin romperse. "En un año como este, que de tanta agua, hay muchísimos", matiza González.


Limitaciones para cultivos


Sobre las quejas del sector agrario por las inundaciones en las fincas de cultivo, Serafín González apunta a que la situación actual "es la misma que se vivió hace dos años". "Tanto en el 2016 como en el 2013 estábamos igual", puntualiza Serafín González.

Para el presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural el problema radica en que se han intentado poner en cultivo unas zonas que tienen unas limitaciones "muy grandes". "Cuando vienen lluvias prolongadas las zonas más bajas de A Limia se encharcan. No es un problema ni de la limpieza de los canales ni de los ríos, es la orografía. Hay que adaptar los cultivos y la ganadería a ese tipo de terreno llano, por ejemplo con la ganadería en extensivo, porque esto va a seguir ocurriendo".

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