El limiano Manuel Dobaño reivindica el periodismo local

Relata en "K11 Estación clandestina" su trayectoria como periodista "de a pie", en la que como corresponsal en el Baix Llobregat cubrió algunas de las informaciones más destacadas de la actualidad catalana

El periodista Manuel Dobaño (Xinzo de Limia-Ourense, 1942) recrea en "K11 Estación clandestina" su trayectoria como periodista "de a pie", en la que como corresponsal en el Baix Llobregat cubrió algunas de las informaciones más destacadas de la actualidad catalana en los últimos 40 años.

El libro, editado por Rúbrica, rescata una selección de noticias desde sus comienzos periodísticos en la Hoja del Lunes y en su larga trayectoria colaborando con Efe, agencia de noticias de la que fue corresponsal en la comarca del Baix Llobregat durante 33 años.

Periodista hecho a sí mismo, Dobaño ha elegido como título para el libro las coordenadas de la gasolinera que regentaba su familia cerca del aeropuerto de Barcelona y que se convirtió, según el autor, en un "estratégico punto de observación desde el que diariamente conseguía cazar al vuelo un montón de historias que tenía la imperiosa necesidad de contar a alguien".

Fue en ese escenario donde el periodista "cazó" una de sus grandes exclusivas en un frío invierno de 1981, cuando se enteró por la radio-receptora de un motorista de la Guardia Civil de Tráfico mientras repostaba carburante que se había dado la alerta por el secuestro del exjugador del F.C. Barcelona y de la selección española, Enrique Castro "Quini".

En el prólogo del libro, la periodista Rosa María Calaf afirma que "siempre he creído que si hay una tarea informativa tan útil y valiosa como olvidada a la hora de los reconocimientos, es la de los redactores de las agencias de noticias" y recuerda que "el periodismo local es el más difícil y el más importante".

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