INCENDIO

Vecinos y brigadistas salvan del fuego aldeas en Cualedro y Xinzo

photo_camera Vecino de Gudín, donde se dividió la cabeza del incendio, en una fi nca junto a la carretera de Cualedro.

Un incendio que seguía activo anoche quemó varias granjas y calcinó más de 2.000 hectáreas en el mayor siniestro del año

¿Cómo describir el caos? Mientras se empieza a teclear esta crónica, a última hora de la noche de ayer, el fuego continúa devastando miles de hectáreas en Cualedro y en Xinzo. Cientos de vecinos pasarán la noche más angustiosa del verano. Muchos habrán derramado las primeras lágrimas por sus granjas, sus fincas, sus montes. Todos habrán permanecido en vilo, cansados, pero no derrotados, alerta. Una vez más, ellos fueron la primera defensa contra un fuego voraz que llegó hasta los mismos muros de las casas en Vilela, Gudín, Bouzo, Moimenta, Novás, Vilar das Lebres, hasta Cualedro. Y que anoche, desatado, fuera de control, se extendía hacia los concellos de Verín, al este; Baltar, al oeste, y hacia A Limia, al norte.

El gran fuego que amenaza con desatarse cada verano en Ourense dio un aviso. El monte está lleno de "bombas". Ayer estalló una en la Serra do Larouco, muy cerca, un poco más cerca de los pueblos, de donde se había declarado un incendio justo el domingo anterior. Un incendio que paró la lluvia, un puñado de brigadistas. Los medios aéreos no pudieron volar entonces por el viento; ayer el enemigo del auxilio aéreo fue el propio humo del incendio, que consumió carballeiras, pastos y maleza, empujado por el viento del suroeste en enormes piras de llamas.

Un espanto contra el que lucharon en Gudín (Xinzo) vecinos como Adelaida. Ella, su padre y su hijo, y toda la familia, salieron de casa disparados en medio de la comida hasta una pista al otro lado del pueblo, en la carretera de Niñodaguia. Subieron todos. Arriba se encontraron con una brigada. Fueron los brigadistas los que advirtieron un cambio en la velocidad del frente que les venía de costado. Salieron a la carrera por la pista. Pero a ella, a su hijo Jonathan y a Paco, 83 años, los pilló a desmano. Escaparon entre silvas y toxos. A la hora del café, el viejo muestra los rasguños en las piernas y cuenta como el fuego empezó entre A Pedrosa y A Saceda, al otro lado de los molinos. Cuando vieron el humo, se dieron cuenta de que la cosa pintaba mal. El fuego estaba de esta parte de la sierra, en su colmenar, en media hora.

Medio Rural informó de que el incendio se declaró a las 12,12 horas. Ya en la noche anterior hubo otros fuegos en la zona. Entre ellos, uno cerca de Vilela, en el concello de Cualedro, en el que la motobomba municipal reventó el motor. Los brigadistas esperaban por un vehículo para volver al frente a la misma hora que Paco mandaba a uno de sus hijos, Vicente, a la otra parte del pueblo a cuidar de un molino. Los medios aéreos -helicópteros y avionetas llegados de toda Galicia, los Focas de Lavacolla, más refuerzos desde Matacán (Salamanca)- salvaron el primer golpe de las llamas. Luego fueron los vecinos y las pocas brigadas desplegadas -15 a las 18,00 horas cuando la consellería ya estimaba en un millar las hectáreas afectadas-. Vicente, con una fouce, y otro vecino, Secundino, 70 años, con unas xestas, no se movieron del camino. Ellos pararon el golpe a ras mientras pedían motobombas y brigadas que no podían atender todos los frentes.

La BRIF desembarcó en Bouzo, al otro lado de la carretera hacia Baltar, cuando el frente de Gudín se había partido en dos, rodeó el pueblo y continúo su avance hacia Novás y Vilar de Lebres.

A las afueras de Gudín, el cementerio y la capilla, uno de los agentes que vigilan el flanco oeste, acaba de recibir la noticia de que una motobomba ardió junto a la carretera. Hasta el lugar hay tres kilómetros calcinados a ambos lados. Diversas fuentes apuntaron anoche que habían ardido otras dos motobombas, extremo que Medio Rural no confirmó. En cuanto a los evacuados, la consellería indicó que el conductor de la motobomba varada había salido ileso del incidente, y que no hubo más lesionados.

Poco antes de las seis de la tarde, el fuego regresó a Gudín por el otro lado. Las BRIF fueron enviadas, a pie, hacia la carretera con Cualedro. Un agente les pidió que atacasen unas llamas que amenazaban una granja. Solicitaron una motobomba de apoyo y el agente les explicó que no había. Ni dos descargas de helicópteros consiguieron evitar que los dos flancos del mismo fuego volvieran a unirse para cortar la vía.

Allí, junto al cruce hacia As Queirugás, ardió la granja de Débora. La mujer estaba desesperada. "Estaban aí, os do Exército, cunha motobomba e non fixeron nada. Tiñan o tanque sin auga". Ardió la granja y otra corría peligro. En Novás, los vecinos informaron de otra granja perdida, y en Vilar, otra con 3.000 cerdos. Algunas casas se vieron afectadas, pero no hubo confirmación oficial. El parte de pérdidas sigue abierto.

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