REPORTAJE

Vilar de Santos, una excepción en plena crisis demográfica

photo_camera Un momento de la fiesta infantil organizada para despedir el curso escolar en Vilar de Santos.

Su escuela infantil, que acoge niños con edades de 0 a 3 años, aumenta la matrícula cada curso

El abandono y envejecimiento poblacional que, a priori, caracteriza al medio rural ourensano tiene al menos una excepción en Vilar de Santos. En un mes en el que se ha confirmado el cierre del colegio de Educación Infantil y Primaria de Calvos de Randín y de diez unidades en el rural, así como la suspensión temporal del servicio de las escuelas infantiles "A Galiña azul" de Cartelle y A Bola, el municipio de A Limia mantiene un alto nivel de población de cero a tres años.

"A escola é un éxito innegable e neste momento no que se está a producir unha supresión e reducción de aulas, profesorado e servizos educativos na provincia, reforza toda a dotación de infraestruturas e equipamentos públicos do concello de Vilar de Santos", explica el regidor Xan Jardón, que destaca la importancia de ofrecer a las familias "un servizo especializado para contribuír tanto ao desenvolvemento integral dos nenos e nenas, como á corresponsabilidade e á conciliación da vida laboral e familiar", todo ello para frenar el envejecimiento y la despoblación.

El municipio, con 922 habitantes de los cuales 66 son menores de 16 años, ha conseguido incrementar año a año el número de usuarios de la guardería, que abrió sus puertas en septiembre de 2013. "No primeiro ano tivemos 14 nenos, no curso que agora remata houbo 16 nenos e, para setembro, xa fixeron efectiva a matrícula 15 familias", resaltaba Jardón, que confía en que de aquí al 1 de septiembre que volverá a abrir sus puertas la escuela infantil se incorporen al centro varios menores más, ya sea de Vilar de Santos o de concellos limítrofes.


Puestos de trabajo

Las familias y profesorado del centro festejaron, con una pequeña fiesta al aire libre, la clausura del curso. La escuela infantil, con 20 plazas para niños de cero a tres años, es de titularidad municipal y gestión directa por parte del Concello. "Además do servicio para as familias, a escola significou a creación de dous postos de traballo especializados", matizaba Jardón.

Para el nuevo curso, el grupo de gobierno prevé incrementar los servicios con nuevos proyectos y actividades. "Hai que xerar atractivo para persoas que queiran establecerse en Vilar de Santos", comenta el alcalde, que confirmó una nueva celebración de la "Escola de Pais e Nais", como un punto de encuentro y reflexión para las familias con niños del municipio, y la puesta en marcha de un gabinete psicopedagógico. Un servicio que tendrá su epicentro en la guardería que ofrecerá asesoramiento, "tanto a nivel educativo como psicopedagóxico, a tódalas familias do Concello que así o desexen e de xeito persoal e individualizado", adelantó Jardón. 

Muíños abre la guardería dos años después

Una amplia labor de información llevada a cabo por el Concello, unido a la necesidad de las familias de contar con un servicio de atención a los menores durante la jornada laboral, multiplicaba las matriculaciones en la escuela infantil "A Galiña Azul" de Muíños. Tras dos años cerrada por falta de demanda, la Consellería de Traballo e Benestar confirmó la reapertura de las instalaciones con un total e 14 menores de cero a tres años. "Es una alegría, y más ver a la gente joven apostando por residir en el ayuntamiento", destacaba la semana pasada el alcalde de la localidad, el "popular", Plácido Álvarez.

La cruz de la moneda está en la comarca vecina de Terras de Celanova, donde la falta de demanda ha obligado al Gobierno gallego a ordenar la suspensión temporal de las escuelas infantiles de A Bola y Cartelle. Es este último municipio, cuya población ronda los 2.944 habitantes, sólo se registraron dos matriculaciones. Mientras que en A Bola, a pesar de contar con 11 niños entre cero y tres años de una población de 1.350 habitantes, solo cinco familias mostraron interés por utilizar el servicio y dos de ellas lo hicieron fuera de plazo. Precisamente la rigidez de los plazos de matriculación era una de las críticas a la administración que esta semana trasmitían, tanto desde el concello bolés, como por las familias con niños de cero a tres años de la comarca.
 

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