"La fotografía me dio la fuerza"

"No es una exposición al uso, vas a mostrar una mutilación, pero es bonito ver cómo la gente lo ve con emotividad". Álex F. Romero empezó a germinar "Mama mía" en 2011, cuando recibió las primeras sesiones de quimioterapia para tratar un cáncer de mama. 

Fue otra sesión, una fotográfica, la que le permitió afrontar la enfermedad con  más fuerza. "Cuando una amiga me sacó algunas fotos y me vi, supe que quería hacer un proyecto fotográfico con más personas que viviesen en primera persona un cáncer de mama", explica Álex, que recibió más de 20 respuestas a su llamamiento. Ellas, y él, son los modelos que componen la serie "Mama mía", incluída la propia Álex. Esta visión optimista del cáncer de mama se expone en el Liceo hasta el día 30 de abril.

El éxito pilló por sorpresa a esta fotógrafa amateur, que vio incluso su trabajo en publicaciones lationamericanas. A pesar de la gran repercusión, Álex considera que el cáncer de mama y sus consecuencias físicas siguen siendo un tema tabú. "La prueba es que en muchos sitios me han negado la exposición por mostrar una mujer calva o sin un pecho", relata Romero.

Son los efectos secundarios de un cáncer que también le afecta a ellos, aunque "en el prospecto de las medicinas solo se habla de mujeres", cuenta Álex. "Me enteré de que los hombres podían tener cáncer de mama cuando me llamó un hombre interesado en posar para este proyecto". Que sea una enfermedad que afecta a ellos y ellas llevó a Romero a huir del color rosa en su página web (http://expomamamia.org/ ) y apostar por el violeta, resultado de fusionar el azul, que representa tranquilidad, y el rojo, que se asocia con la energía, "dos estados de ánimo por los que pasas durante la enfermedad".

Álex considera ahora que es el momento de dejar este proyecto y embarcarse en otros: "Han sido unos años de un desgaste brutal, tanto físico, con una operación, quimio y radio, como emocional, y quiero desvincularme un poco".