CRÓNICA

En guerra contra el eucalipto en el Xurés

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photo_camera Una parte de los vecinos que participaron en la retirada de eucaliptos en Río Caldo (al fondo).

Al hablar del Xurés, lo último que a una le viene a la mente son plantaciones de eucaliptos colándose en un paisaje protegido. Pero "habelos hailos", dicen desde Río Caldo, parroquia que se ha empeñado que sea por poco tiempo.

No pasaron lista pero tampoco hizo falta, porque las familias de la parroquia de Río Caldo (Lobios) se echaron ayer al monte para visibilizar que es posible trabajar en comunidad para hacer del monte un espacio ordenado y sostenible. La lacra de los incendios calcinaba el año pasado 1.000 de las 4.500 hectáreas que componen este comunal enclavado en el corazón de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés "y es nuestro deber recuperarlas", apuntaba José Yáñez, vecino y comunero, quien confesaba que lleva un año sin subir a la sierra porque no soporta el dolor de verla quemada.

Las asociaciones de vecinos de Río Caldo y Padrendo, de Xuventude de Vilameá y de Santa Lucía de Vilameá e Devesa, conjuntamente con la Comunidade de Montes de Río Caldo, organizaron una actividad de sensibilización ambiental que centró sus esfuerzos en el monte de A Saínza, en Torneiros. Pese a las dificultades del terreno, una empinada ladera bañada de grandes bolas hacia el río, jóvenes y adultos se afanaron durante horas en eliminar cualquier rebrote de eucalipto en los márgenes de la carretera hacia Portela do Home. "O eucalipto é unha praga, entrou fai moitos anos aquí en plantacións puntuais pero proliferou cos incendios", comentaban los más mayores del lugar que tienen, entre ceja y ceja, acabar con una especie que consideran invasora y que cuenta con un pequeño bosque antes de llegar a la frontera.

Precisamente ese será uno de los objetivos del futuro plan de ordenación del monte que próximamente empezarán a elaborar en la parroquia y, para el cual, cuentan con una subvención de 70.000 euros por parte de la Xunta. "El plan de ordenación es la clave del futuro del monte. Nos sentaremos con los técnicos y seleccionaremos que parte del monte queremos destinar a frondosa, a producción de pino, a ganadería,... y buscar dentro de todo eso, la conservación y sostenibilidad. Porque, más que productividad maderera, aquí tenemos que apostar por la calidad ambiental y que eso revierta en el turismo", resumía Yáñez, que ayer se erigió de portavoz y guía para dar a conocer los proyectos locales.


Corredor verde


Tras acabar en A Saínza, el pequeño ejército intergeneracional se trasladó a la zona cero del incendio de 2017, donde se llevó a cabo una plantación simbólica de castaños apadrinada por los más pequeños del lugar en una continuación de los trabajos efectuados en Laixas, con 1.700 ejemplares plantados en 17 hectáreas. "Agora haberá que vir ver cómo están", insistían los niños a sus progenitores, quienes también tienen planes relacionados con la potenciación de rutas de senderismo de alta calidad y del propio legado romano. Y es que, además de la calzada Vía Nova y del yacimiento Aquis Originis que ya son un referente patrimonial en la zona, en el comunal de Río Caldo se conserva también una mutatio, un lugar que los romanos utilizaban para descansar y dar servicio a los animales, que quieren recuperar.

Como (casi) todo encuentro provincial que se precie, la jornada acabó alrededor de una mesa en la Casa do Viveiro donde los presentes, muchos jubilados pero también jóvenes que creen que es posible vivir en el rural entre los que hay biólogos, profesores universitarios, o emigrantes que sufren desde la distancia cada ceniza que mancha esta tierra tras un incendio, fantaseaban con la idea de que todo el Xurés se sume a su idea -que marcará el futuro plan de ordenación- de crear un corredor de frondosas en el centro de la sierra.

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