REPORTAJE

Porqueirós, en guerra de fe

photo_camera Una vecina mira al cielo, al fondo la iglesia de San Andrés donde no hay misas desde fieles difuntos.

Posibles desavenencias con el párroco y falta de devoción son los argumentos que dan unos y otros, ante la ausencia de celebraciones de la eucaristía. 

Los vecinos de Porqueirós, en Muíños, han llevado a cabo una campaña de recogida de firmas para solicitar al Obispado de Ourense que se vuelvan a celebrar las misas en la iglesia parroquial de San Andrés. "Unas cien personas firmaron para que volviera a haber misas en la iglesia, nos da igual este cura u otro, aunque pienso que él sabe que está respaldado por los vecinos", asegura Montse Pérez, una de las impulsoras de la recogida que, de momento, no ha dado sus frutos: "Presentamos las firmas en septiembre, aunque hasta hoy no tuvimos ninguna notificación".

Los vecinos llevan sin oír misa desde Fieles Difuntos y antes, coincidiendo con la romería de la Ascensión, el último fin de semana de agosto. Aunque, más que una celebración, los vecinos lo recuerdan con tristeza. "Por algún motivo, aquel día llegó tarde y alguien se lo recriminó, así que a la misa que siempre se tiene al día siguiente, se presentó con la Guardia Civil", relata María Domínguez, si bien cree que ese hecho no tiene o no debería estar relacionado con la supresión de las misas. "Ya con anterioridad no venía a dar misa todas las semanas, dice que el obispo no le deja venir y, otra vecina y yo, ya decimos que nos vamos a pasar a los protestantes, que tienen una iglesia aquí cerca", bromea.

Otros lugareños vinculan esta decisión con posibles desavenencias con el párroco por la gestión de la recaudación de la santa. "No es mal chaval, pero creo que entró con mal pie", comenta José Manuel Pereira, que colabora activamente con la venta de camisetas, velas y demás artículos durante la romería para invertirlo en mejoras para los templos.

Problema pastoral

Sin embargo, los más devotos de entre los vecinos que ayer se encontraban en el pueblo, aludían a una falta de fe y aseguran que, durante el año, son muchos los sábados en los que apenas había tres o cuatro personas en la misa. Por eso piden paciencia y "cando il poida, xa virá", dice una feligresa.

Precisamente esa falta de devoción, unido a una sobrecarga de trabajo en el Arciprestazgo de la Baixa Limia (siete curas, tres de ellos octogenarios, atienden 46 parroquias) son las razones esgrimidas por el cura local, Juan Sánchez, para suspender las misas en Porqueirós, si bien matiza que la parroquia no está desatendida y los vecinos cuentan con él para cualquier celebración sacramental o patronal. "La situación es mucho más sencilla y no tiene que ver con ningún problema que pudiera haber habido con los vecinos, que no es tal", asegura Sánchez, al tiempo que resta importancia al incidente ocurrido en el mes de agosto.

El párroco explica que "llevo siete parroquias y a mí no me está permitido dar más de 3 misas los domingos, cuatro con permiso del señor obispo, por lo que se tiende a priorizar en los centros de culto de mayor afluencia" y comenta que los feligreses saben de esta situación, son comprensibles con el incremento de la carga de trabajo y saben que hay centros de culto en un radio de tres o cuatro kilómetros.

A pesar de todo, asegura que si esas 100 personas que firmaron, de quienes aprecia el gesto, "fueran realmente a misa cada semana, yo me comprometo a tenerla los domingos a las doce. Pero la realidad es otra: más de un día me di media vuelta porque no había nadie a la hora de la misa", matiza.

La situación de Porqueirós, advierte, no es única e irá a más como consecuencia de la despoblación del rural. "Debemos darnos cuenta, sensibilizarnos y concienciarnos que no podemos pedir misas para que vayan tres personas. No podemos celebrar misas como si fueran churros, sino que tenderemos a centralizar el culto a los centros más grandes". En este sentido, ya tuvo sendas experiencias en 2014 con las misas de Semana Santa y Navidad en el santuario de A Clamadoira "y fue bien acogido por los vecinos de las parroquias".

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