La Casa dos Poetas sirvió de improvisado escenario para entrevistar a Monseñor Ricardo González Pereira, un vecino de la calle Encarnación que, en el año 1972, emigró a Estados Unidos donde desarrolló un trabajo pastoral en varias parroquias de la Archidiócesis de Newark, en New Jersey. Aprovechando su estadía veraniega en la villa de San Rosendo, monseñor presentaba esta semana tres libros de poesía de su autoría.
¿Suele venir con frecuencia a Celanova?
Sí, vengo cada dos años, aunque esta vez llevaba cuatro sin venir. Pero aquí estoy presentando mis libros: "Desde mi barrio", "Onda espiritual" y "Partido... en dos". El primero son poemas que ya tenía escritos desde hacía 10 o 15 años, los otros dos son más recientes. Ahora sigo escribiendo y tengo el plan de escribir mis memorias y también una novela.
¿Qué le tira de la localidad para acudir casi cada verano?
La familia. Tengo una hermana, Carmiña, que aunque vive en Madrid pasa los veranos en Celanova, muchos sobrinos y sobrinos-nietos. Yo nací en Celanova, en la calle Encarnación, y me llama mi patria.
¿Dónde vive usted?
Resido en la ciudad de Brick, en el estado de New Jersey. Me marché en 1972 para Estados Unidos porque había un compañero que me invitó. Me dijo que necesitaban un profesor bilingüe de español-inglés y, como había ido a un curso de capellán de emigrantes de tres meses en Madrid, le dije ¡voy yo! Al poco de llegar, fui probablemente el cura que celebró la primera misa gallega de los Estados Unidos, en una iglesia hispana de Newart que se llama Corazón de María. Luego también lo hice a las afueras del Club Ourensano.
¿Cómo recuerda su llegada a Estados Unidos?
Era todo muy diferente. Era casi la primera vez que salía de España, fue un choque grande y todo admiración de la diferencia que hay, de la manera de actuar de los americanos. Tienen una libertad muy grande y también mucha sencillez.
¿Y de su villa natal?
El cambio que más me impactó, que más llama la atención, es la gran cantidad de coches que hay ahora, antes no había tantos.
¿Cómo ve la diversidad religiosa de EE.UU.?
Allá hay muchas religiones, pero se respetan los unos a los otros. Y, a parte de eso, ahora han aumentado mucho los latinoamericanos, especialmente de México. La mayoría son católicos, así que se llenan las iglesias. Hay zonas donde los domingos hay tres o cuatro misas en español, ¡y están llenas! La comunidad americana está muy entregada a su iglesia, son muy fieles y muy amigables con los sacerdotes.
Los compañeros ourensanos le escucharan con envidia, porque aquí cada día cuesta más llenar las iglesias...
Sí, lo comentamos. Fui a alguna misa aquí y, lo que veo es que sigue siendo una población muy devota, que la gente mayor sigue acudiendo a misa y mantiene el apego a las tradiciones. Allí también hay escasez de jóvenes en las iglesias...
¿Qué es lo que más le gusta de veranear en Celanova?
Ver a la gente y a los amigos, hablar y estar con ellos. Y después las comidas típicas de aquí, el marisco y todas esas cosas buenas que allá no hay. El sabor ¡es incomparable!
