Reclama la intervención de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil
La familia de Adolfo Enríquez, el párroco de Vilanova dos Infantes asesinado en marzo de 2015 en un violento crimen en el que desapareció la venerada y diminuta imagen de la Virxe do Cristal, reclama la participación "real, directa y efectiva" de los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Así lo confirmaba ayer el sobrino y portavoz de la familia, José Manuel Enríquez, quien trasmitía esta petición al subdelegado del gobierno en la provincia, Emilio González Afonso. "Sigo creyendo en la labor de la Guardia Civil de Ourense que, en estos casi cuatro años, ha sido encomiable. Pero es que necesitamos que se le dé al caso un pequeño impulso", declaraba Enríquez, quien el pasado verano veía como el caso quedaba archivado y sobreseido, pese a que la labor policial llevó hasta la Justicia a dos personas de nacionalidad croata, un tío y su sobrino, que luego quedaron en libertad sin imputación alguna. "Queremos tener constancia de que la UCO está aquí, ya estamos hartos. Tío Adolfo murió haciendo una labor social y necesitamos que vengan ya, tenemos el mismo derecho que los casos de Diana Quer, del niño Gabriel Cruz o del concejal asesinado en Asturias, Javier Ardines", insistía el sobrino del cura, quien cree que una nueva mirada sobre el caso podría aportar otra perspectiva que ayude a meter a los culpables en prisión.
Caso complicado
En el encuentro -el primero que la familia tiene con el nuevo subdelegado del Gobierno-, Enríquez estuvo acompañado por el alcalde de Celanova, José Luis Ferro Iglesias. "Hemos cambiado de gobierno, pero no de discurso", se limitaba a decir Enríquez. Por su parte, Ferro Iglesias destacó tras la reunión que "el caso está abierto, la Guardia Civil sigue trabajando y, aunque es complicado, no se pierden las esperanzas".
