ENTREVISTA

Mónica Muñoz: “Celanova es un lugar de relax y de reunión para toda la familia"

Dibujo
photo_camera Mónica Muñoz González, en la Plaza Maior de Celanova.

Esta alemana con raíces en Celanova admiten que cada verano regresan a la villa para disfrutar de las vacaciones y los amigos

El espolón celanovés es uno de los lugares predilectos para la familia de Mónica Muñoz González. Hija de la emigración. Tanto ella como su hermano José Manuel nacieron y se criaron en Alemania, pero cada verano regresaban al pueblo para disfrutar de los amigos y la familia. Hoy, tras fijar su residencia en Barcelona, hace lo propio con su familia y amigos porque, asegura, volver al pueblo es una maravilla.

¿Dónde tiene sus raíces?

Aquí, en Celanova. Tanto mi hermano como yo nacimos en
Lippstadt, una ciudad de la región alemana de Renania del Norte-Westfalia, pero mis padres son de Celanova.

¿Qué llevó a dos celanoveses a Alemania?

Lo que a todos, la emigración. Nuestros padres emigraron a Lippstadt en los años 70. Allí nacimos y crecimos mi hermano José Manuel y yo, pero nunca perdimos el contacto con el pueblo, con nuestras raíces. Veníamos aquí cada verano y ahora lo seguimos haciendo porque nos encanta. Mis padres ya se jubilaron y ahora viven aquí, así que todos los veranos hacemos las maletas y nos plantamos en el pueblo. Si se puede, haciendo coincidir con las fiestas, porque queremos que nuestros hijos conozcan nuestras raíces, nuestras tradiciones. Todos juntos disfrutamos de las fiestas y eso es muy bonito.

¿Cómo recuerda aquellos veranos de la infancia?

Nosotros teníamos muchos amigos aquí y, a los dos días de estar en Celanova, parecía que llevásemos aquí toda la vida. Eso es maravilloso y es los que les pasa también a nuestros hijos, con los hijos de nuestros amigos de la infancia. 

¿Celanova es un buen lugar para venir con niños?

Si, por supuesto. Los niños aquí disfrutan mucho, puedes salir y dejarles jugar tranquilamente en la plaza. Eso en Barcelona no lo podemos hacer. 

¿Ha cambiado mucho la villa en estos años?

Sí que ha cambiado, como todos, pero sigue con el encanto de siempre. Si tengo que decir algo, diría que echo de menos que los niños no puedan jugar a la pelota en la plaza Maior como hacíamos nosotros (risas).

¿Cómo fue a parar una celanovesa nacida en Alemania a Barcelona?

Igual que emigraron mis padres, a mí también me tocó hacerlo. Y cuando ellos se jubilaron y decidieron volver a casa, yo opté por trasladarme a Barcelona. Trabajo en un departamento de logística y compras. Mi hermano, José Manuel, está en Madrid. 

¿Qué es lo que más le gusta hacer aquí?

El ritmo de vida que te ofrece Celanova. Salir a tomar algo, disfrutar de las terrazas frente al Monasterio, la tranquilidad, no tener que coger el coche para todo,… y sobre todo poder reunir a toda la familia. Porque unos estamos en Barcelona, otros en Madrid... Mira si gusta tanto esto que tenemos amigos que han venido alguna vez a pasar unos días aquí y ¡ahora repiten siempre que pueden! 

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