ASOCIACIóN LEDICIA CATIVA

La pequeña alegría rusa

Abrazos, despedidas y algún que otro llanto se dejarán sentir hoy en el aeropuerto de Compostela en la despedida de los 66 niños rusos que han disfrutado del programa de acogida temporal  

Ganar peso y altura, pero también nuevas amistades, el refuerzo de los vinculos familiares, valores y conocimientos de una cultura diferente son algunas de las consecuencias indirectas de las que se benefician un nutrido grupo de niños y niñas rusas procedentes de Brianks, una de las regiones rusas que aún hoy sufre las consecuencias del desastre nuclear de Chernobyl. A través de la Asociación Ledicia Cativa, creada hace 19 años en Terra de Celanova, 66 menores entre 6 y 17 años han disfrutado de dos meses saludables en las cuatro provincias.

Ourense, que en su día fue motor y eje central del programa, ha ido perdiendo peso en detrimento de las grandes ciudades. Aún así, esta mañana partían desde la provincia un grupo de diez familias para despedir en Santiago a los menores procedentes de Novozybkov, la población rusa más contaminada y cercana a la central. "La solidaridad de las familias es impresionante", reconoce Mercedes Gil que, conjuntamente con su marido José Manuel Borrajo, coordina y participa activamente en el programa de acogida y que, según diferentes estudios rusos, reduce las consecuencias de la radioactividad en su desarrollo en un 40% y aumenta la esperanza de vida en 2 años.

Los motivos y caminos que han llevado a las familias gallegas a participar en el programa son tantas como el número de participantes, pero se resume en uno solo, que es "poder contribuir en la mejora de la salud y la calidad de vida de los niños", matiza Gil, que este año ha sumado un nuevo miembro a su familia, la pequeña Katia Leepeva.

Solo una sonrisa de los estos "ángeles rubios" es suficiente recompensa para hacer olvidar los 10 meses de ausencias, de desvelos por los problemas de la familia rusa y, también, en esta situación de crisis económica, de tener que apretarse el cinturón para hacer frente al coste del viaje que sufragan mayoritariamente las familias españolas.

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