Hacer de la plaza de abastos un símbolo que lidere la reactivación de los negocios de restauración de la villa es uno de los objetivos del Concello con la creación de un restaurante en la primera planta
La noticia sobre la futura apertura de un restaurante en la planta superior de la plaza de abastos no dejó indiferente a la población celanovesa, que ayer desayunó con la noticia de una inversión de 199.000 euros para el emblemático edificio. Sorprendidos y sin más información que la recogida en los medios, la mayoría de los placeros ven con buenos ojos una nueva inversión y la creación de un negocio que previsiblemente aumentará la frecuencia de visitantes. Sin embargo, muestran su preocupación y enfado ante la falta de planes para la planta baja, la que realmente funciona y está abierta al público con unas condiciones poco atractivas y, en algún caso, lamentable.
En la calle, vecinos y visitantes aplaudían la medida que permitirá contar con un nuevo espacio gastronómico. "A idea é boa, pero máis que sitios para comer en Celanova fai falta un hotel porque non hai onde durmir", matizó Enrique Gómez, cliente habitual del comercio local. Pero desde detrás de la barra, no todo eran buenas caras. "Entendo que, nestos momentos, é un despropósito montarlle un restaurante a alguén que, ademáis, deixará o resto de locais baleiros porque loxicamente as condicións serán mellores. Penso que, ao nivel que estamos hoxe, non é o máis axeitado. Si Celanova estivera cheo, sería outra cousa", apunta David Álvarez, presidente de la Asociación de Comerciantes.
Falta de palabra
La oposición también muestra su enfado por la obra y por las formas. Tras enterarse por la prensa, socialistas, nacionalistas y no adscrita se abstuvieron en la votación de la comisión de Patrimonio y acusaron al alcalde, José Luis Ferro, de incumplir con lo dispuesto en el pleno donde respaldaron por unanimidad la modificación de crédito (un paquete de obras de 330.000 euros) con el compromiso de consensuar en junta de portavoces los proyectos antes de su aprobación final. "Sentímonos engañados, é penoso. Non pensan arranxar o espazo activo da praza, que presenta graves deficiencias, e cos cartos públicos queren pisotear a iniciativa privada", criticó Leopoldo Rodríguez del BNG, que acusó al PP "de seguir na dinámica de comezar a casa polo tellado".
El PSOE, que en dicha sesión instó sin éxito a posponer la aprobación hasta conocer el contenido de las obras (el PP gobierna en minoría con 6 ediles frente a los 7 que suma la oposición), cree que el PP continúa con "las viejas prácticas" y que "se equivoca constantemente en sus apuestas para dinamizar la economía del pueblo", asegura su portavoz María Jesús Bóo.
Desde el Concello, el alcalde Luis Ferro, explicó que "o proxecto está dende o venres e o luns, na convocatoria da comisión, xa se informaba de que tiñan a documentación a súa disposición". Sobre la premura en los tiempos, dice que es necesario agilizar la tramitación, "posto que a obra ten que estar lista a 31 de outubro" y que ésta, aunque se centrará en la planta superior y el elevador, "inclúe varias actuacións na planta baixa como poden ser a verja da entrada ó recinto, na electricidad e nas rejillas. Nas melloras se incluirá un novo chan central antideslizante".
Oposición y hostelería también critican las manifestaciones recogidas en la memoria del proyecto que hace referencia a las características de la hostelería local. Bóo tildo de "mentiras" las afirmaciones sobre la oferta, singularidad, calidad y capacidad de los restaurantes locales y exigió una rectificación, "porque perjudica gravemente los intereses de la hostelería y del comercio". Ferro entiende que "calquer proxecto pode ser susceptible de crítica" pero que el objetivo municipal es trabajar con perspectivas de futuro para "complementar a oferta existente e, onde creemos que hai un vacío, como tamén o hai nos hospedaxes".
