Tuvo un incidente con la Guardia Civil a la que pidió la detención de un paciente.
Médicos, enfermeras, auxiliares, administrativos y demás personal del centro de salud de Celanova acudieron ayer en masa al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la villa de San Rosendo para respaldar a un compañero, Álvaro Castro, acusado de desobediencia a la autoridad por la Guardia Civil. Los hechos sucedieron el pasado día 30 de marzo cuando un equipo médico liderado por el doctor Álvaro acudió al domicilio de un vecino de Celanova que previamente había alertado al servicio de emergencias de que se iba a suicidar.
Personados en el lugar, donde ya se encontraban agentes de la Guardia Civil, los sanitarios procedieron a evaluar el estado paciente y, en un momento dado, éste sacó de debajo de la mesa donde estaba sentado una pistola que en realidad era un encendedor,"algo que nosotros no supimos hasta tiempo después, porque la Guardia Civil se la retiró sin decírnoslo", mantiene el denunciado, que trató sin éxito de hacer una fotografía como prueba del suceso.
Tras el incidente, "informé a la central de que no era un problema médico, sino social y jurídico, y decidimos regresar al Punto de Atención Continuada", relata. Una versión que no coincide con la expresada por la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense, que aseguran que el acusado instó a los agentes a que detuvieran al paciente por su comportamiento. "Eles non viron ningún indicio para detelo e, tras ter unhas palabras co médico, abriron dilixencias por unha falta de desobediencia".
El facultativo, que asegura tener el respaldo del Colegio de Médicos de Ourense, ya ha denunciado al paciente por amenazas conjuntamente con los otros tres profesionales sanitarios que lo acompañaron en aquel servicio. La vista para este hecho está fijada para mayo.
