ARQUITECTURA

Aranda, Pigem y Vilalta ganan el Premio Pritzker

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photo_camera Los arquitectosRafael Aranda (i), Ramon Vilalta (c), y Carme Pigem (i), ganadores del Premio Pritzker 2017

a obra de los premiados se caracterizada por su integración en el espacio de construcción y el uso de materiales reciclados

Los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta han ganado el Premio Pritzker 2017, considerado el Nobel de la arquitectura, por demostrar, desde su estudio RCR de Olot (Girona), que se puede combinar con acierto los valores locales con una dimensión universal.

El fallo, dado a conocer esta tarde en Chicago (EEUU), destaca que la obra de los premiados se caracterizada por su integración en el espacio de construcción y el uso de materiales reciclados, y que ayuda a ver "de la forma más poética y bella posible" que una obra puede ser totalmente universal independientemente de dónde esté construida, ha resaltado el presidente del jurado, el arquitecto británico Glenn Murcutt, Premio Pritzker 2002.

Esta ha sido la primera vez que el Pritzker se otorga simultáneamente a tres arquitectos, y es la segunda ocasión en que se concede a un español, tras Rafael Moneo, que fue galardonado en 1996.

Entre los proyectos más destacados del equipo de arquitectos figuran el restaurante Les Cols, en Olot; la Bodega Bell-Lloc, en Palamós (Girona); la Biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver, en Barcelona; el centro de arte La Cuisine, en Nègrepelisse, o el museo Soulages, en Rodez, estos dos últimos en Francia.

Otras obras que llevan su firma son la Facultad de Derecho de la Universidad de Girona, el Parque Forest de la capital gerundense, el Pabellón de acceso a la Fageda d`en Jorda, en el Parque Natural de la Garrotxa, o el espacio abierto del teatro público La Lira, en Ripoll (Girona).

Aranda, Pigem y Vilalta, han mostrado esta tarde su alegría por la distinción y han considerado que el premio es también un reconocimiento a la arquitectura catalana y española de los últimos treinta años, que es "de alto nivel".

En su estudio de Olot (Girona), acompañados por amigos y vecinos que los felicitaban, Ramon Vilalta ha señalado a Efe que ya han tenido otros reconocimientos anteriormente pero el Pritzker "no te lo planteas ni en sueños", pues está considerado el Nobel de la arquitectura.

Sobre sus proyectos arquitectónicos, Vilalta ha resaltado que siempre tienen en cuenta el lugar en el que construyen sus edificios para que se pueda "sentir su atmósfera, su espacialidad".

Tras estudiar los tres en la Escuela Superior de Arquitectura Técnica del Vallés, en Sant Cugat (Barcelona), los profesores se sorprendieron de que quisiesen volver a Olot y "nos dijeron si lo habíamos pensado bien, porque la tradición era establecerse en una gran ciudad como Barcelona e irse a grandes despachos", ha relatado Vilalta.

La decisión de afincarse definitivamente en Olot les dio "un aprendizaje sobre paisaje y naturaleza que se basa en entender ambos conceptos y llevar ese conocimiento a cada lugar en el que uno trabaja".

"Si vamos al desierto intentamos comprenderlo", pone como ejemplo Ramon Vilalta, quien admite que, en esa búsqueda, se esconde el afán de superar la idea de que una construcción es "un refugio funcional y llegar a un componente más interior, más espiritual".

Vilalta ha querido compartir el galardón con "todo lo precedente" en arquitectura en España a nivel más general, y en Cataluña en el más concreto.

"El problema reciente ha sido el de la crisis, pero aquí se ha trabajado a alto nivel y ojalá esto ejerza de revulsivo para dar paso a algo como lo que se produjo en el mundo de la gastronomía española", ha indicado.

La arquitecta italiana Benedetta Tagliabue, miembro del jurado del Pritzker, ha coincidido con Ramon Vilalta y ha señalado a Efe que el premio es también "un reconocimiento para la arquitectura de Cataluña y de España", pues ellos son "la punta de un tejido de arquitectos buenísimo".

Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta son "arquitectos que insisten en trabajar con el mundo que les rodea, Olot y las tierras volcánicas de la Garrotxa, y siendo tan locales son totalmente universales, pues su arquitectura comunica con todo el mundo", ha subrayado Tagliabue.

Otro de los aspectos que ha valorado mucho el jurado es que "su arquitectura no es elitista, pues se puede aplicar a espacios públicos -escuelas, museos, bibliotecas...- siendo muy capaces de hacer arquitecturas muy sociales" y de servicio a la comunidad, ha añadido Benedetta Tagliabue.

La directora ejecutiva del premio, Martha Thorne, ha explicado a Efe que la arquitectura de los galardonados "es una experiencia para todos los sentidos".

Utilizan el paisaje y las sensaciones, "la luz, el cielo, los árboles, las estrellas, las montañas de su entorno... incluso el olor", añade Thorne, quien agrega: "Cuando entras, por ejemplo, en una bodega construida por ellos el componente del olor forma parte de ese espacio".

Las felicitaciones a los galardonados, desde el mundo de la arquitectura y la política, se han sucedido después de darse a conocer el premio, entre ellas la del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien ha considerado "todo un orgullo que se premie la labor de estos grandes profesionales, originales creadores de una arquitectura emocional que traspasa fronteras".

También el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha elogiado en su cuenta de Twitter el valor del premio por situar "la arquitectura catalana al máximo nivel", mientras arquitectos y de toda España y del extranjero y colegios profesionales han felicitado a los galardonados a través de las redes sociales.

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