MÚSICA

Curriculum vitae de una piel curtida en el rock

mercedes_ferrer
photo_camera Mercedes Ferrer.

Aún perdura en general el eco del gran movimiento que se ha generado en torno a las movilizaciones del 8 de marzo, del día de la mujer trabajadora y de la reivindicación feminista en general.

Por encima o no de la oportunidad o de la coincidencia, al igual que hace una semana me detenía a reflexionar sobre la figura de Rosendo Mercado con motivo del revuelo desatado en las redes en relación con su posible retirada de los escenarios, hoy quiero centrarme en una noticia que indudablemente no ha tenido la misma repercusión mediática, pero que entiendo que debería de haberla tenido. En un pequeño club del centro de Madrid, en esa zona tan especial de la capital tan anexionada al rock y la cultura de vanguardia como la situada entre Alonso Martínez y Chueca, ha presentado en un excelente concierto su nuevo disco, "C+V" en estos días Mercedes Ferrer. 

A los lectores más veteranos, a aquellos que vivieron los 80 musicalmente, probablemente poco o nada habrá que explicarles sobre esta singular cantante, guitarrista y compositora. Para quienes su nombre no les diga nada actualmente, conózcase que además de desarrollar una fecunda e interesantísima carrera como cantante en solitario en la segunda mitad de los años 80, fue integrante fundadora en Madrid a su regreso de Francia, donde estudió Lengua y literatura francesa en la Universidad de la Sorbonne del grupo "La Llave", con los que ganó el primer premio del Trofeo Villa de Madrid en el apartado Pop-Rock en su edición de 1985. No obstante, pronto tuvo claro que sus inquietudes musicales eran difíciles de desarrollar por completo dentro de un grupo y se lanzó a la aventura en solitario, editando un excelente disco debut en solitario llamado "Entre mi sombra y yo" (1986) al que siguió un no menos brillante "Tengo todas las calles" (1988) e "Imán" (1991) en el que se contenía su canción más conocida, el hit-single que de hecho llegó a sonar en muchas radiofórmulas del momento y que sigue formando parte de su repertorio en conciertos como el más reciente que tuve ocasión de ver esta semana, “El árbol de la magia”. 

 Justamente en 1991, cuando Mercedes vivía su momento de mayor popularidad, esa inquietud creativa y vital que la caracteriza la llevó a no acomodarse, a no conformarse con lo que tenía seguro en España y decidió marcharse a vivir a Nueva York, en donde amplió su formación musical en The New School y tocando, como cualquier artista novel en los clubes del East Village, tal vez viviendo el mismo tipo de experiencias que gente como Bob Dylan o Jimi Hendrix vivieron en sus duros años de comienzo en la gran manzana. De vuelta a España en 1993, continuó su carrera en solitario alternando diferentes proyectos y colaboraciones que incluyeron en su currículum -muy apropiado el término en este momento- a gente como Nacho Cano, Pedro Guerra o Enrique Bunbury, así como la edición de diversos discos recopilatorios y trabajos para el teatro musical. 

 En 2009 editó un nuevo disco, que personalmente opino que está entre lo mejor de toda su producción llamado "Travesía", el cual la devolvió momentáneamente al foco de la actualidad y recientemente se ha puesto en circulación "C+V" un nuevo trabajo que creo que muestra a la perfección lo que es Mercedes Ferrer hoy: una artista, una compositora, una escritora sumamente ecléctica, polifacética, que sabe jugar con diferentes influencias y elementos musicales para encajar en su peculiar y personalísimo concepto de rock lenguajes, paisajes, vivencias... que expresa maravillosamente a golpes de rock guitarrero a más no poder. 

Grandísima personalidad

Quiero insistir especialmente en este punto porque nunca he estado de acuerdo en esa suerte de lugar común que se ha instalado en el imaginario colectivo, en especial en el de parte de la prensa musical, acerca de considerar a Mercedes Ferrer como cantautora. No, yo reivindico y considero a Mercedes como una rockera, una cantante y guitarrista de puro rock -quien viera el concierto de hace unos días tuvo perfecta ocasión de constatarlo- que ciertamente, lo que no es es una rockera standard clásica, es una artista cuyo concepto del rock huye de encorsetamientos, que posee una personalidad propia tan grande que obviamente, se sale de las etiquetas preestablecidas y que siempre ha enriquecido su bagaje con la incorporación de matices, detalles, sonoridades e influencias tanto del pop más elaborado y de mayor calidad como del jazz, la canción de autor o el blues. A este respecto, mi infinito agradecimiento a que en la presentación de "C+V" invitase a tocar con ella en el escenario a Susan Santos, con diferencia la mejor artista femenina de blues que existe en España, consagrada ya internacionalmente y que de hecho en breve comienza gira por Europa. Ver juntas en un escenario a estas dos mujeres es un privilegio del que muy pocas veces se puede gozar.  

Mujer de una vasta y densa cultura no solamente proporcionada por sus estudios universitarios, sino por las infinitamente más instructivas experiencias de vida que otorga haber vivido más allá de nuestras fronteras, que ha editado un trabajo de una calidad musical extraordinaria y que en directo, comunica, transmite, contagia ese sentimiento de intensidad y energía que solo pueden desprender quienes llevan el rock en el corazón. Es uno de los muchos talentos desperdiciados, que acaba de editar un disco que si la música en España funcionase a muchos niveles como debería de funcionar, tanto a nivel de difusión en medios como a nivel de apoyo institucional, debería tener una acogida y un éxito realmente relevante. 

 Tristemente en cambio, en nuestras televisiones tenemos programas de horas y horas con fabulosos presupuestos que se dedican a reality-shows sobre costura o cocina, por no hablar de los shows de prensa basados en lo peor de la condición humana -imagino que es obvio que nos referimos a las horas y horas de morbo -programación en relación con el último infanticidio sucedido en el sur de España ¿cierto?- o los concursos para pre-fabricar artistas que con mucha suerte no serán sino luces de bengala cuyo talento pasará al olvido en cuanto se ponga en marcha la siguiente edición del talent-show de turno. Mercedes Ferrer, como tantos otros y tantas otras grandes artistas que son un verdadero patrimonio de nuestra cultura, no puede disponer de un espacio acorde con su categoría y su trayectoria en el rock business actual en España, y ello debería ser un motivo de reflexión para quienes tienen en sus manos poder hacer de los medios de comunicación el medio para dar a conocer propuestas tan interesantes como la de "C+V". 

 Hago votos para que de cualquier manera, el talento, la creatividad y la sensibilidad no solo de Mercedes Ferrer, sino de tantas mujeres que hoy en día tienen tanto que ofrecer en nuestra cultura y que aún no encuentran ese espacio de difusión tan necesario que de una forma o de otra tenemos que crear, no tarde en ser conocido y apreciado en la medida que se merece.  Ello será un paso adelante fundamental en hacer mejor solo nuestra sociedad, sino nuestra vida diaria. Mientras tanto, se lo recomiendo de corazón, no pierdan la oportunidad de disfrutar de las canciones de "C+V"... así como por supuesto, de los shows de Mercedes Ferrer en vivo, si algún promotor se anima a contratarla en Galicia.

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