MÚSICA

Franco Battiato, leyenda de la música, cumple 70 años

Místico y visionario para unos e indescifrable para otros, el músico y compositor italiano se encuentra convaleciente de una fráctura del fémur izquierdo

Místico y visionario para unos e indescifrable para otros, el músico y compositor italiano Franco Battiato cumple hoy setenta años y lo hace convaleciente a raíz de su reciente caída en un concierto por la que tuvo que ser operado.

Siciliano de nacimiento (Jonia, 1945), Franco Battiato asustó a los asistentes a su concierto de Bari del pasado lunes al caer sobre las tablas mientras interpretaba uno de sus himnos "Voglio vederti danzare" (1982).

Un suceso que le provocó una fractura en el fémur izquierdo, del que fue operado y que le mantiene convaleciente en su casa siciliana, con vistas al Etna, el día de su cumpleaños.

En una entrevista con el diario "La Stampa" se mantiene "optimista" y dice que su reposo durará quince días, mucho menos de lo establecido por los médicos, que hablan de un parón entre 40 y 60 días.

El camaleónico Battiato se encuentra inmerso en un proyecto de música electrónica que quiere retomar para continuar con su carrera artística, cuyo futuro será "notable" porque cuenta con un "karma muy positivo".

Además el próximo otoño publicará una antología "incandescente", que incluirá un documental, todos sus temas, dos canciones inéditas y una versión.

Abandonó su isla natal en la década de los sesenta y su nombre, por entonces Francesco Battiato", incidía en el año 1965 en aquella próspera Milán en la que publicó su primer sencillo, una versión de "L'amore è partito", de Beppe Cardile.

Pronto saltó a la fama como autor de canciones ligeras pero en el año 1969 viaja a Londres y entra en contacto con la música electrónica y la experimentación, a la que consagraría su vida.

Regresa a Italia solo un año después y, ya en los setenta, publica su innovador "Fetus" (1971), el primero de ocho trabajos que le supondrán el premio Stockhausen a la música contemporánea.

En 1979 fichó por la compañía discográfica EMI con la que editó ese año "L'era del ginghiale bianco", que le acarreó un rotundo fracaso.

Durante los ochenta el artista decidió tomar mayor contacto con el público y orientó su estilo hacia una línea más comercial, al publicar discos como "La voce del padrone" (1981), que pronto se convirtió en un éxito sin precedentes en Italia,

Su carrera continuó con "L'Arca di Noe" (1982), "Orizzonti Perduti" (1983), "Mondi lontanissimi" (1985) y "Echoes of sufi dances" (1985), con el que obtuvo un disco de oro.

En el año 1989 ofrece un concierto en el aula Pablo VI del Vaticano ante el papa Juan Pablo II en el que interpreta "E ti vengo a cercare" y "L'Oceano di silencio", convirtiéndose en el primer artista pop-rock en cantar en la Santa Sede.

El misticismo es una de las características esenciales de su obra y entre sus lecturas preferidas, según ha referido en varias ocasiones, están los textos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa.

A partir de la década de los noventa este rasgo se hace más presente, sobre todo en títulos como su ópera "Gilgamesh" (1992), "L'ombrello e la macchina da cucire" (1995) o "Caffé de la paix" (1994), homenaje al célebre café parisino donde se inspiraba uno de sus gurús artísticos, el escritor armenio George Gurdjieff.

En 1991 publica "Come un cammello in una grondaia", trabajo que incluye su célebre "Povera patria" en el que denuncia la situación de Italia, "destrozada por los abusos de poder de gente infame, que no conocen el pudor", en uno de sus momentos más violentos, marcado por la guerra entre clanes mafiosos y la corrupción política.

La búsqueda de nuevos horizontes le llevaron a estrenarse como cineasta "Perduto Amor" (2002), obra metafísica e inspirada en la isla de Sicilia y en los recuerdos de la infancia.

En 2013 protagonizó una polémica al referirse a las políticas italianas como "putas" durante un acto ante el Parlamento Europeo dedicado al turismo en Sicilia y en calidad de asesor cultural del gobierno isleño.

Dijo que en el Parlamento transalpino hay "putas que serían capaces de cualquier cosa", calificó la situación de "inaceptable" y recomendó hacer de la sede "un prostíbulo y hacerlo público".

Su cese como asesor a la Junta siciliana se produjo poco tiempo después y él se defendió rechazando las críticas de "sexista" y aduciendo que con su comentario quería referirse "a la prostitución reinante en el Parlamento italiano hasta hace pocos meses, ya sea masculina como femenina".

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