Frank Zappa propuso en los 80' un sistema que anticipaba la descarga de música por internet

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photo_camera Frank Zappa.

Según explicaba Zappa a finales de los años 80, "a los consumidores de música les gusta consumir música*no particularmente el artefacto de vinilo envuelto en cartón"

El músico californiano Frank Zappa era una de esa mentes multidisciplinares que de vez en cuenta pasan por la historia para dejar un más que extenso legado cultural y algún que otro invento.

Así consta en 'La verdadera historia de Frank Zappa', unas memorias publicadas en 1989 tras una serie de entrevistas con el periodista Peter Occhiogrosso, cuatro años antes de su muerta víctima de un cáncer, y que ahora sale a la luz en España de la mano de la Malpaso Editorial.

Una narración de lo que fue la infancia de Zappa y sus inicios en la música, desde el rhythm and blues hasta las sinfonías orquestales que compuso y que él mismo dirigió.

También de su madurez, en la que con un ritmo de producción frenético desata una lucha constante con los músicos que trabajan para él (se podía decir que la marca Zappa era algo así como una empresa familiar de producción de música, partituras) para que toquen cada nota sin distracciones, con un ánimo de perfeccionismo que a veces parece exagerado.

Entre tanto, en este libro de músico noctámbulo y familiar, desfilan anécdotas de lo más variopinto con músicos como Eric Clapton, Jimi Hendrix o Mick Jagger; o satíricas y ácidas críticas a cuestiones como la política militar de Estados Unidos, la censura cultural por parte de las facciones más conservadoras del país, los telepredicadores y hasta las canciones de amor.

Si bien, destaca también un apartado que Zappa dedica a toda una serie de 'inventos' que nunca logró que prosperasen, pero que parece que se negaba hasta en sus últimos años de vida a dar por perdidos.

Uno de ellos era un modelo de consumo que bien podrá haber sido la semilla de plataformas en Internet como MySpace, Spotify o Soundcloud. Según explicaba Zappa a finales de los años 80, "a los consumidores de música les gusta consumir música*no particularmente el artefacto de vinilo envuelto en cartón".

El músico se hace eco además de lo que entonces era el mal de la industria discográfica (como hoy lo es la piratería), que era la grabación en cintas de audio para uso doméstico de los vinilos.

Con estos hilos, Zappa planea adquirir los derechos para la copia digital de los mejores artículos de calidad  del catálogo de difícil venta que tiene cada discográfica, almacenarlos en una unidad de procesamiento central, tenerlos disponibles por teléfono o televisión por cable para su conexión al aparato de grabación doméstico del usuario y con la opción de una transferencia digital al codificador para la grabación de cintas o al casette analógico.

Este último paso requería la instalación en el teléfono de un conversor de línea digital a analógica cuyo chip principal costaría, Según ya avanzaba Zappa, no más de 12 dólares. A través de este sistema, todo lo relativo al pago de derechos de autor, facturación al comprador, etc., sería automático e iría incorporado en el propio software del sistema.

CATEGORÍAS 'ESPECIALES'

Por si no hubiese suficientes equivalencias entre la imaginación de Zappa y los actuales canales de consumo de música por Internet, señala que "el consumidor tendría la opción de suscribirse a una o más 'categorías de interés especial' y se le cobraría una cantidad fija cada mes para que grabe la cantidad de música que quiera", algo así como una 'tarifa plana'.

Y para terminar, Zappa no abandona para nada su ironía y ofrece una última explicación: "una ventaja del cable es la siguiente: en aquellos canales donde parece que nunca hacen nada (existen aproximadamente unos 70 así en Los Ángeles), se podría emitir a visualización de la cubierta original, las letras de las canciones, los datos técnicos, etc., mientras se transmite el disco dándole al proyecto un toque electrónico que evoque el momento en el que se editó originalmente, cuando aún era 'un disco', ya que hay muchos consumidores fetichistas que disfrutan toqueteando el embalaje mientras escuchan la música".

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