PAPELES DEL ROCK

Memorias del barro espeso y la cerveza templada

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photo_camera Miles de personas acudían al mítico festival Monsters of Rock.

El Monsters Of Rock Festival que se celebraba el tercer fin de semana de agosto, en el lejano y casi siempre lluvioso circuito de motor de Donington Park en Leicestershire era un ritual obligado para todo amantel del rock 

Era un ritual obligado para todo aquel amante del rock que pudiera pagárselo: el tercer fin de semana de agosto, en el lejano y casi siempre lluvioso circuito de motor de Donington Park en Leicestershire tenía lugar en la década de los 80 una cita que hoy, tres décadas después, ha quedado en los anales de la historia como un auténtico mito de la música popular. Allí, en lo que desde su primera edición en 1980 se llamó Monsters Of Rock Festival, dieron su primer paso hacia el estrellato mundial nombres como los de AC/DC, Metallica, Bon Jovi que hoy son cualificados grupos del llamado rock de estadios y sin los cuales no se entiende el mainstream actual del rock. 

La Meca del Heavy Metal 

 La primera edición del Monsters of Rock tuvo como protagonistas a Touch, Riot, April Wine, Saxon, Scorpions, Judas Priest y los Rainbow de Richie Blackmore, que contaba en sus filas con Graham Bonnet como cantante, Roger Glover, su ex-compañero en Deep Purple como bajista, Don Airey en el teclado y Cozy Powell en la batería. Alrededor de 20.000 asistentes hicieron para Paul Loadsby y Maurice Jones, los promotores del concierto, que se habia concebido como un festival para poner punto final con un gran espectáculo a la gira mundial de Rainbow en 1980, pasase a ser un festival anual que en unos años en los que el heavy metal conoció el momento álgido de de su popularidad y de su éxito internacional, se convirtió en cita obligada primero para los metaleros británicos, pocos años más tarde para todos los fans del heavy metal del mundo. 

 El año siguiente, 1981, More, Blackfoot, Slade, Blue Oyster Cult, Whitesnake y AC/DC triplicaron la venta de entradas y a partir de ese momento, el binomio Donington Park-Monsters Of Rock pasó a ser sinónimo de la Meca del Heavy Metal, el escenario que consagraba entre los grandes de verdad a quienes triunfaban en ese escenario. Y en 1982, además de las bandas que aspiraban a llegar muy lejos en el Heavy Metal grupos clásicos del rock de siempre como Status Quo celebraron allí su concierto de 20 Aniversario. 

 Dos cantantes de la categoría de David Coverdale, al frente de sus Whitesnake se midió en un maravilloso e inolvidable duelo con otra de las voces doradas del Heavy Metal, el tristemente desaparecido Ronnie James Dio, AC/DC volvió a triunfar en la multitudinaria edición de 1984 batiéndose el cobre al lado de Gary Moore, Y&T, Ozzy Osbourne y Van Halen y unos casi principiantes Metallica en 1985 demostraron que su llegada a lo más alto del mundo del metal era solo cuestión de tiempo. Año a año, edición a edición, el festival crecía y crecía en cuanto a poder de convocatoria, prestigio, organización... hasta que por desgracia, en la edición de 1988 los acontecimientos quebraron la leyenda.

“Por favor... no queremos ningún muerto aquí”

Esas fueron las palabras que pronunció Axl Rose al ver las descomunales avalanchas humanas en movimiento que Guns N'Roses veían desde el escenario, obviamente sin saber que precisamente en esos momentos, dos chicos morían aplastados al caer al suelo en el resbaladizo barro del recinto por los miles de fans de G N'R se precipitaron a toda velocidad hacia  las primeras filas cercanas al escenario. Aquella edición, a la que acudieron más de 80.000 personas, se caracterizó por sufrir durante casi todo el dia una lluvia torrencial que convirtió el terreno en unas gigantescas arenas movedizas. La muerte de aquellos dos fans motivó que los organizadores suspendieran la edicion de 1989 y cuando el festival volvió a celebrarse en 1990, el aforó se restringió considerablemente y las medidas de seguridad se reforzaron en extremo. 

 El Monsters Of Rock continuó con notable éxito en 1991, con Metallica y AC/DC como cabezas de cartel y en 1992 con Iron Maiden liderando el concierto, pero en los 90, el heavy metal clásico empezó a perder popularidad en beneficio de nuevas tendencias musicales, en especial el grunge y otro modelo de festival, de dos o tres días de duración, con carteles más variados y heterogéneos tomo el relevo de Donington. Su última edición como tal festival de Donington y con el formato con el que nació en 1980 tuvo lugar en 1996, con Ozzy Osbourne y Kiss como cabezas de cartel. Tras unos años en los que dejó de celebrsrse, volvió a comienzos de los 2000, pero ya siguiendo el ejemplo de los festivales tipo Ozzfest, Lollapalooza con otra orientación, otra línea musical e incluso cambiando su nombre, pasando a llamarse como es conocido actualmente, el Download Festival. 

40 horas de autobús

Ya en la segunda edición, la de 1981, alguno de los programas de radio rock más populares y con más audiencia organizaron esos míticos viajes, esas peregrinaciones a La Meca del Metal que todo aquel que probaba, repetía. Las míticas caravanas de autobuses que organizaba la hoy estrella radiofónica de las mañanas de Rock FM, El Pirata eran aventuras sencillamente fantásticas... y para tipos duros de verdad. 

Se salía primero de Madrid -años más tarde se conectaban y se incorporaban a la caravana autobuses en la frontera en Donostia que venían de Nafarroa, Catalunya, Galicia u otros territorios del estado- se atravesaba toda la mitad norte de España, toda Francia hasta llegar a Calais, se tomaba el ferry hasta el puerto de Dover y después, cuatro horas más hasta llegar al circuito de Donington. 

 Normalmente, llovía en Donington y no durante poco tiempo, y por las características del terreno, el barro blando y cenagoso hacia inevitable hundirse hasta las rodillas. El aire era frío, sobre todo de noche helador, solo se podían comer hamburguesas casi siempre quemadas por fuera y crudas por dentro, la cerveza estaba templada, cuando no caliente, y podías considerarte afortunado si no te caía encima una de las miles de latas de gasolina de plástico con seis galones de orines que los ingleses lanzaban al aire abiertas de manera constante en una de las más conocidas tradiciones del festival. Y nada más terminar, repetir todo el proceso de vuelta. 

 Muchos durante el viaje de vuelta maldecían la hora en la que se les ocurrió meterse tal paliza, pero... a las dos semanas, todos devorábamos las páginas de la revista Heavy Rock y los programas de radio Emisión Pirata y Disco Cross para saber cuando se haría el próximo festival de Donington, qué grupos estarían y cuánto costaba el viaje. Y desde entonces, a ahorrar y a ahorrar, sin comprar discos, sin tomarse ni una triste cerveza para poder hacer ese mítico y maldito viaje.

 Años después, la comodidad de los autobuses mejoró considerablemente, se hacían paradas en París, Amsterdam y Londres, en donde todo el mundo por supuesto aprovechaba para comprarse su chupa de cuero, sus camisetas preferidas que eran casi inencontrables en España, y en el 88 ir a Donington eran ya casi unas mini-vacaciones. Pero estoy seguro que toda la gente que vivió esas maratonianas primeras peregrinaciones a la Meca del Metal nunca las olvidaron e incluso ahora, cuando quizá muchos de ellos ya apenas vayan a conciertos y el sillón y el mando a distancia de la TDT hayan ganado la batalla a las ganas de salir a la calle a disfrutar del rock, darían algo preciado por volver a vivir alguno de aquellos viajes. Igual que también muchos de nosotros, también desearíamos que un festival como el Monsters of Rock de la década de los 80 volviera a repetirse. 

Nostalgia de las hamburguesas crudas, los ingleses regándote con sus orines, destrozar la espalda entre macutos, mochilas y asientos de autobús y de los mejores AC/DC, Metallica, Def Leppard, Whitesnake, Guns N'Roses, Kiss o Iron Maiden que yo personalmente vi sobre un escenario en aquellos años.

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