Entre la titularidad pública y la gestión privada de la Mezquita de Córdoba

En 2006 la Iglesia Católica registró a su nombre la Mezquita-Catedral de Córdoba y entonces nadie, al menos públicamente, cuestionó la titularidad eclesiástica de uno de los monumentos más visitados y únicos de Europa.

Hace poco más de dos meses una plataforma ciudadana alertaba de que si los poderes públicos no lo remediaban el primer templo de Córdoba, Patrimonio de la Humanidad desde 1984, pasaría "a perpetuidad" a manos de la Iglesia Católica, por lo que inició una campaña de firmas a través de internet para reclamar su titularidad pública.

Campaña a la que se sumaron de inmediato personalidades de toda índole y condición, y que logró sumar hasta más de 100.000 adhesiones, según la plataforma. Hasta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aparecía como firmante de la petición, aunque fue un diario local el que desveló la imposibilidad de controlar las firmas "suplantando" la identidad del líder norteamericano.

El debate se instauró con timidez entre determinados sectores de la sociedad cordobesa mientras que los turistas contemplaban la majestuosidad de la Mezquita-Catedral de Córdoba, conservada y gestionada por el Cabildo Catedralicio, ajenos por completo a la polémica.

Sin embargo, el fenómeno de internet saltó irremediablemente a la escena pública y política, y de inmediato se generaron opiniones dispares que obligaron a una reflexión sobre lo que parece un problema de primer orden: la titularidad de la Mezquita.

Mientras que las autoridades locales de la Junta de Andalucía reconocían en un primer momento que no era un asunto prioritario para la administración regional, historiadores y catedráticos apuntaban sobre la "legalidad" de la "inmatriculación" del monumento y los "derechos adquiridos" por la Iglesia desde el siglo XIII.

La historia revela que la Mezquita de Córdoba se levantó sobre las ruinas de una basílica visigoda y, posteriormente, el rey Fernando III "El Santo" mandó "restituir" a la Iglesia el templo en 1236.

La plataforma ciudadana siempre ha defendido que la Mezquita-Catedral de Córdoba es "de todos", como así avala su declaración como Patrimonio de la Humanidad, de ahí la importancia de conocer la postura de la Unesco sobre este asunto.

El ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, uno de los principales impulsores de la declaración patrimonial, alertó de las consecuencias de las "malas prácticas" en la gestión, ya que cree que "si no se corrigen" es "probable" que la Unesco retire el título de Patrimonio de la Humanidad.

Se refería a que la denominación de Mezquita-Catedral es "intocable", y que, aunque el Cabildo Catedralicio de Córdoba sea la encargada del cuidado de este lugar, el monumento "no es de la Iglesia".

De esta manera, subrayaba que la solución pasaría por un acuerdo en el que quedaran muy claros aquellos motivos excepcionales por los que se concedió esta designación tan importante a escala mundial y que éstos "se respeten por todos".

De no ser prioritario, el asunto se convirtió en urgente para la Junta de Andalucía hasta el punto de que la presidenta andaluza, Susana Díaz, manifestó que se estaban "estudiando" instrumentos jurídicos con el objetivo de "revertir" la situación, dentro del "diálogo", a la existente antes de 2006,

La presidenta apuntaba a una fórmula ya utilizada en la Alhambra de Granada pero de difícil encaje para el monumento cordobés: titularidad pública compatible con la gestión privada en manos de la Iglesia Católica.

El alcalde Córdoba, José Antonio Nieto, defendía que el titular del monumento es la Iglesia desde hace siglos y, aunque la llaman Catedral, "nadie le ha cambiado el nombre unilateralmente", hasta el punto de que el Ayuntamiento de Córdoba aprobó por unanimidad denominarla Mezquita-Catedral.

La Semana Santa dejó aparcada la polémica para dejar una estampa única. Nazarenos y pasos haciendo Estación de Penitencia bajo una herradura de origen islámico.

Al mismo tiempo, representantes de la Unesco y la Junta de Andalucía presenciaban la escena para estudiar la posibilidad de abrir una nueva puerta que permita trasladar la Carrera Oficial hasta la Mezquita Catedral.

Momentos de concordia, diálogo y entendimiento efímeros toda vez que la polémica llegó hasta el Senado.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguraba que expropiar la Mezquita de Córdoba a la Iglesia sería un "despropósito económico y jurídico" porque la legislación exige, entre otros requisitos, que haya peligro de destrucción o deterioro del templo.

Gallardón respondía de esta manera al parlamentario de IU José Manuel Mariscal, quien le pidió que acabase con los "privilegios medievales" de la Iglesia en la inscripción de bienes inmuebles, y en concreto se refirió a la situación del monumento cordobés.

Lo cierto es que ya sea Mezquita, Catedral, Mezquita-Catedral, Catedral antigua Mezquita o Catedral antigua Mezquita antigua basílica, el monumento más singular de Córdoba y único en el mundo fue, es y seguirá siendo esplendoroso sea quien sea su titular o sea quien sea quien lo gestione.

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