PASÓ EN AGOSTO

1992: El CD Carballiño, a por la Segunda B

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Aquel equipo, precursor del que ahora vuelve a Tercera división, 23 años después, marcó a fuego una época en la localidad ourensana

O Carballiño es una villa de fútbol. A poco que les des en el aspecto deportivo, llenan el campo de Espiñedo. Son exigentes pero esa es la buena afición, la que le pide a los jugadores el 100%". Así recuerda Anibal Pereira su paso por el CD Carballiño, conjunto en el que militó en la temporada 92-93.

Aquel equipo, precursor del que ahora vuelve a Tercera división, 23 años después, marcó a fuego una época en la localidad ourensana.

Protagonista de una bonita promoción de ascenso a Segunda B en la campaña 91-92, en dura pugna con el Barco durante todo el curso, los carballiñeses, de la mano de Antonio Teixidó y con Cesáreo Rivera como presidente, buscaban repetir la gesta, con una plantilla bien reforzada y compuesta por Sotelo, Sito, Peluso, Quino, Fabián, Ray, Fernando, Ney, David, Ramón, Gil, Salgado, Aníbal, Cerreda, Javier, Pedro, Aragón, Santi y Plácido.

De aquel año, Aníbal, con 21 años por aquel entonces, incide en el "buen ambiente que se vivía en el equipo. Éramos todos muy buenos compañeros y la verdad es que disfrutábamos mucho del fútbol".
Sorprendido por la llamada telefónica, el exjugador recuerda a la perfección como se gestó su fichaje por el equipo de Espiñedo. "Lo estoy viendo como si fuera ayer. Venía de un buen año en el Lalín con Chus Baleato en Segunda B y Teixidó, que era muy bueno para convencer a la gente me dijo 'Aníbal, la banda de O Carballiño es tu sitio. Aquí darás mínimo 20 asistencias andando, destacarás' y me vine", y poco faltó. 

"A nivel personal rendí muy bien, no llegué a las 20 asistencias que me dijo el entrenador pero pocas me faltaron. La parte negativa fue que me lesioné del pubis y terminé mal físicamente, pero el hecho de clasificarnos para la promoción de nuevo fue impresionante, con Santi metiendo casi 30 goles y grandes futbolistas. Era un gran equipo".

Una promoción agria en cierta medida por el cese del técnico una semana antes de la iniciar el ascenso pero que fue "una experiencia enorme. Nos tocó el Real Madrid C, el Zamora y el Siero. Fuimos segundos en Liga tras el Viveiro, ante el que llenamos el campo de Espiñedo. Lástima que llegásemos con las pilas tan justas".
Aunque el recuerdo que guarda con más cariño es el de la Copa del Rey ante el Barakaldo. "Después de eliminar al Endesa de As Pontes nos tocaron los vascos. Empatamos a cero en Espiñedo y al País Vasco viajamos solo once. Aún tengo en la mente la lluvia que caía, el barro y la dureza del partido. Nos anularon un gol que nos clasificaría (era el 1-1) y nos dejaron fuera pero la afición del Barakaldo nos ovacionó al terminar la eliminatoria, fue emocionante", zanja.

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