FÚTBOL | TERCERA AUTONÓMICA

De los homenajes a una agresión

El campo del Toén, ayer después del partido.
photo_camera El campo del Toén, ayer después del partido.

Un jugador del Cenlle agrede al árbitro en el cuello después de que expulsara a su hermano. Era un partido intrascendente para su equipo.

El arranque de una nueva jornada en el fútbol provincial dejó un sábado de contrastes. De lo bueno, en el estadio de O Couto y en el campo del Polígono, a lo peor, una nueva agresión a un árbitro en el Toén-Cenlle por parte de un jugador del equipo visitante.
La tarde comenzó con el descubrimiento en el campo de O Couto del monolito en memoria del desaparecido Club Deportivo Ourense.

El CDO perdurará así para siempre en el estadio en el que durante 62 años escribió una historia de luces y sombras.

Por su parte, el CD Seixalbo se proclamó campeón del Grupo 13 de Tercera autonómica. Regresaba esta temporada a las competiciones provinciales y lo festejó de la mejor forma posible, primero con el ascenso hace ya algunas jornadas, y ahora con el título. Se la jugaba en la última jornada con el Molgas y un empate le sirvió para coronarse. Se adelantó en el minuto 9 con un gol de Antonio Caballero e igualó Rubén Rodríguez en el 88. El Antonio González Blanco de O Polígono fue una fiesta.

Lío en Toén
Nunca se justifica una agresión pero que la misma llegue cuando el equipo del agresor está ganando y aún encima no se juega nada... Sin palabras. Ocurrió en el Toén-Cenlle de Tercera autonómica. El equipo local se aseguraba el ascenso si ganaba aunque en ese momento perdía 0-1. El árbitro pitó en el minuto 29 falta a favor del Toén y sucedió todo: "Jorge Paz Fernández, dorsal 11 del Cenlle, se dirigió a mí diciendo que le estaba robando el partido. Le expulsé y entonces se vino hacia mí con los brazos abiertos el dorsal número 3, Alejandro Paz Fernández (hermano del expulsado). Me agrarró el cuello, me apretó y me zarandeó. Ya llegaron otros jugadores para separar al agresor", afirmó Javier Carid Pérez, el árbitro agredido.

El colegiado, que habitualmente dirige partidos de Primera autonómica, no actuaba con asistentes y tampoco había fuerza pública aunque dice que después de la agresión se sintió arropado por el equipo local: "La colaboración de los jugadores y directivos del Toén fue máxima en todo momento".

Javier Carid Pérez se dirigió a un centro médico para ser examinado y posteriormente presentó denuncia ante la Guardia Civil.

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