Los dos equipos ourensanos se presentan como alternativas a pelear por los puestos altos de la tabla clasificatoria de la Preferente Autonómica en su grupo Sur
La octava jornada de liga ya es historia en la Preferente y a medida que van pasando las semanas se empiezan a clarificar un poco más las cosas. Se empieza a ver los equipos que pelearán por las plazas de ascenso y los que tendrán que luchar para intentar sumar los 45 puntos que deberían otorgar la salvación matemática.
Un equipo sobresale por encima del resto y ese no es otro que el Portonovo, que lleva unos números que asustan. Ocho partidos jugados y los ocho ganados es algo que está al alcance de muy pocos. En el pelotón de perseguidores van tomando posición Lalín y Céltiga, dos históricos que buscan con ahínco el regreso a la Tercera división. A partir de ahí aparecen los ourensanos.
Opciones reales
Dos equipos ourensanos lograron conformar buenas plantillas y han tenido un buen arranque. El Verín lleva unos números muy buenos. Solo ha perdido el primer encuentro de liga pero si se tiene en cuenta que fue ante el intratable Portonovo en su campo y solo por 1-0 denota el nivel de los verinenses. A partir de ese momento, tres victorias y cuatro empates es el bagaje de los de Iván González, conjunto al que si las lesiones que en este inicio liguero le están pasando factura empiezan a respetarle y se terminan de creer que pueden pelear por las primeras posiciones serán sin duda una de las revelaciones de la temporada.
El Barco también esta en la misma línea, con cuatro victorias y dos empates que le han situado en la quinta posición con 14 puntos. El handicap de los de Javi Rey fue hasta el momento su campo de Calabagueiros, donde cayeron en dos ocasiones además consecutivas, ante Lalín y Estradense. La plantilla también es de garantías, si acaso el número de efectivos es el principal problema valdeorrés.
Mientras, Arenteiro y Nogueira tienen claro que su principal objetivo es salvar la categoría. En Espiñedo buscan una regularidad que les permita poder trabajar tranquilos, y en Nogueira son conscientes de lo mucho que tendrán que pelear para lograrlo.
