El equipo lucense salió más entonado en una nefasta segunda mitad de los valdeorreses
El Barco cayó derrotado ante el Castro por 2-0 y parece empeñado en complicarse la vida en la Tercera división.
Los de Javi Rey dan vida a un rival directo que se queda ahora a dos puntos de la salvación. Por su parte, los barquenses se sitúan a cuatro puntos del descenso y a dos del arrastre, que ahora mismo ocupa el Alondras.
El partido tuvo desde el comienzo a un equipo que sabía que se jugaba la vida, el Castro, ante un Barco que en la primera parte plantó cara pero que en la segunda, y sobre todo a raíz de quedarse con diez por la expulsión de Borja, desapareció del partido y mostró una nula capacidad de reacción.
En la primera parte los lucenses, quizás con la presión de tener que sacar el partido adelante, apenas creaban peligro sobre la portería barquense y les costaba mucho elaborar jugadas en ataque. Los de Javi Rey , sin dominar con claridad el encuentro, sí que tuvieron dos buenas ocasiones para adelantarse en el marcador, pero no lo lograron por falta de acierto.
La primera fue a la media hora, cuando Javi Ballesteros remató un centro desde la derecha pero el meta Yebra detuvo sin mayores problemas. Más clara fue la de Iván Murillo, que mandó fuera un disparo franco tras un rechace del meta de los lucenses.
La segunda parte fue otra historia. El Castro salió muy enchufado y se hizo con el control absoluto del partido. Y el premio le llegó a los 60 minutos. Fue tras un saque de esquina que botó Javicho y que Omar, con un buen testarazo, envió al fondo de la portería de Vicente Sabater.
Expulsión y mazazo
Ese tanto encorajinó a los locales, que a mayores veían como el Barco, en un solo minuto, perdía al capitán Borja por doble tarjeta.
Como los males nunca vienen solos, a renglón seguido llegó el 2-0, que sería definitivo. Marino centró desde la banda para el remate de Omar, que con apuros logró salvar el meta barquense, pero Iván González, llegando desde atrás, mandó el balón al fondo de la portería visitante, dejando el partido casi sentenciado pese a que faltaban todavía 20 minutos.
Sin embargo, el Barco careció de reacción y no inquietó la meta local, regresando de vacío y complicándose de nuevo la vida.
