FÚTBOL - OURENSE

China ficha fútbol con "chispa"

SSSD
photo_camera A la izquierda Julian Riol con dos de los niños a los que enseña, a la derecha Álex Mazaira en Lianyungang City.

Los ourensanos Julián Riol y Álex Mazaira hicieron las maletas cerrando una etapa gastada y aterrizaron en China para enseñar cómo jugar el fútbol

Hacer las maletas nunca es fácil. No sabes qué meter. La ilusión te puede y siempre te olvidas algo. Juegas al tetris en versión real y siempre pierdes. No todos.  Julián Riol y Álex Mazaira han ganado. Han superado el primer nivel y han pasado a la siguiente fase. Esta vez en modo China.

El primero es preparador físico y el segundo era árbitro. Estos dos ourensanos han elegido China como el siguiente reto. Los dos están "ilusionados" ante su nueva vida. Normal. Deshacer las maletas en un país con un idioma "muy difícil", con una cultura "muy distinta" y con una sociedad "muy diferente" atrae. Es indudable. 

2017-04-09-PHOTO-00000026Julián Riol es un hombre de fútbol: "Siempre me gustó y estuve muy ligado". Guardó las botas para pachangas y decidió coger la carpeta de entrenamientos de preparador físico. Tras un breve paso por el CDE Lugo Fuenlabrada, "necesitaba nuevos retos. Nuevas ilusiones y sobretodo seguir mejorando". Por ello, escogió China. Aunque "al principio te atrae, cuando estás haciendo la maleta te haces muchas preguntas. El mes antes estás ansioso, la semana antes te lo empiezas a pensar y el día antes ya notas un poco de, no miedo, pero sí un poco de temor porque no sabes lo que te vas a encontrar". 

El preparador ourensano responde a la llamada desde Chengdu. Por supuesto, no en chino: "Vas a cursillos y alguna palabra de fútbol vas aprendiendo pero llevo muy poco tiempo aquí y es muy difícil. Realmente difícil". 

Otros ourensanos allanaron el camino. Félix Fernández Cao, en el staff técnico de Manuel Pellegrini, y Cote Rodríguez Iglesias, preparador físico, llevan enseñando a los jóvenes chinos los conocimientos esenciales. El control, el pase, el desmarque y sobretodo abrir sus mentes para dejar paso al talento. 

"Su educación es muy hermética. Se basa en automatismos y repeticiones e influye en el fútbol y en sus actividades diarias. Pero sobre todo en el fútbol", explica el ourensano.

El picante y los singulares apodos

Chengdu es la provincia del picante y Julián lo aborrece: "No soy muy de picante. Ya me ha pasado más de una vez que voy a cenar con amigos chinos y me dicen que no es picante. Pero claro, no lo es para ellos. Como un bocado y me empiezo a poner rojo y a sudar". La risa posterior denota que ya es una anécdota más. Y a veces, hasta una faena. 

Si aprender chino es laborioso, memorizar el nombre de los pupilos y conocerlos por sus caras es... "gracioso. Porque aquí todo el mundo tiene su apodo. Tienen un nombre chino, pero se llaman por el apodo. No es como en España que normalmente suelen elegir por ti el nombre, aquí cada niño lo elige él. Entonces claro, hay muchos singulares. Por ejemplo, Banana o Monkey". No puede aguantar la risa y prosigue: "Se hacen muchas bromas entre ellos. Cuidado Banana que viene Monkey". 

Se despide con una sonrisa. Está feliz y eso para su familia y para él "es lo más importante".

2017-04-13-PHOTO-00000022"Aquí van tres en moto"

Álex Mazaira responde desde el Starbucks de la lejana y caótica Lianyungang City: "Intento disfrutar de los 10 meses que tengo aquí. Día a día". La filosofía cholista del ourensano es la base para "no tener miedo. Fue un riesgo porque estaba muy cómodo en Ourense. Con mi novia, mi trabajo, el arbitraje,... pero la ilusión es más importante y decidí dar el paso".

Enumera hasta seis dedicaciones laborales en Ourense y contesta riendo: "No me preguntes cómo lo hacía, pero además tenía tiempo para estar con mi novia y mi familia". 

Removiendo el café relata su día a día: "Tengo dos clases de fútbol por las mañanas y además asesoro a profesores locales con la metodología que utiliza La Liga. Por las tardes, entreno de lunes a sábado. Cuando tengo tiempo libre intento conocer la ciudad y sobretodo disfrutar de cada detalle". 

Google Maps no es capaz de decir los kilómetros que separan Ourense de su actual posición. Y es que a 10.000 km de distancia todo se ve diferente: "Me llamaron mucho la atención las instalaciones. Son muy buenas. Ya le gustaría a muchos equipos de fútbol de España entrenar aquí. También me sorprendió lo disciplinados que son y lo que les cuesta tomar decisiones. Y socialmente, todo es diferente. Cuando digo todo es todo". 

China es peculiar: "En mi ciudad, no hay muchos extranjeros. Entonces a veces la gente se para a sacarme fotos". 

Sentado y (probablemente) con una carcajada envía un vídeo sobre el tráfico: "Aquí todo es muy caótico, tienen un orden dentro del desorden". En el vídeo se ven diferentes motocicletas con tres personas encima y añade el ourensano: "A veces van tres y otras hasta llevan al perro".

Álex ya se montó en moto y aclara: "Mejor me compro una bici". Bromea y pide tranquilidad a su familia está bien y sobretodo se encuentra feliz.

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