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Chivi: "Puedo ser un transgresor"

Pablo Gómez, 'Chivi', luciendo sus dos pasiones, los colores del Sporting Celanova y el rock and roll (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Pablo Gómez, 'Chivi', luciendo sus dos pasiones, los colores del Sporting Celanova y el rock and roll (XESÚS FARIÑAS).

Con 34 años, su barba y larga melena son el sello distintivo de este auténtico gladiador del fútbol y amante del rock

En tiempos en los que llevar el pelo largo en el fútbol  parece estar en peligro de extinción, no deja de ser llamativa la figura inconfundible del defensa Pablo Gómez, "Chivi", que esta temporada recaló en el Celanova y que, cada vez que se interna por la banda, luce su larga cabellera al viento: "Soy como el rock and roll, que tiene esa parte de inconformismo, de ir un poco contra la norma, y jugadores con mi perfil ya no quedan muchos. No somos los más rápidos, ni los más técnicos, pero tenemos otras habilidades más 'underground' que al final son útiles para un equipo, como el estar comprometido y vivirlo con la ilusión del primer día".

En su etapa de estudiante en Maristas, el balón no le llamaba tanto. Ahí le tiraba más la canasta: "Hubo un par de años que pude compaginarlos, pero con 8 años escogí definitivamente el fútbol. No me arrepiento para nada, aunque me sigue encantando el baloncesto, pero gracias al fútbol adquirí unas habilidades en el terreno personal. El estar trabajando todos los días en equipo, convivir con gente diferente y, sobretodo, todo lo que me ha permitido vivir y disfrutar en los años en CD Ourense".

En la década de los 90 y años 2.000, dada su condición de defensa, los ídolos de Chivi fueron Maldini y Puyol, "los mejores defensores de la historia, aunque salvando las enormes distancias me identifico con el catalán, porque nunca fue el más técnico del Barça".

En su extensa carrera, el lateral  celanovense reconoce que tuvo la suerte de tener buenos entrenadores "que me enseñaron a base de palo y zanahoria. Si no trabajabas bien, no ibas a jugar. Esforzándote todo era posible, incluso sabiendo de mis limitaciones. Los entrenadores al final suelen ser justos y disfruté de mucha continuidad con diversos técnicos".

Pablo Gómez fue siempre un alumno aplicado, "afortunadamente era de sacar buenas notas y no tenía problemas en casa con algún castigo que me impidiera ir a jugar. Ahora hay un poco menos de compromiso y antes un catarro o que lloviera no eran una excusa para ir a entrenar, todo lo contrario, era cuando más me gustaba ir. Aún hoy es una válvula de escape cuando me da vueltas la cabeza o tengo mucho trabafn_4085_resultjo. La gente suele tirar la toalla muy rápido, no hay paciencia ni esa mentalidad de trabajar más para ganarse nuevamente el puesto. Lo rápido es pedir la baja y cambiar de equipo".


Sus emociones


A pesar de su apariencia de guerrero, Chivi se emocionó más de una vez con el fútbol: "Recuerdo la liga perdida con el Nogueira y ver a jugadores de una gran categoría como Cubi o Roberto llorar sin consuelo, pero también la emoción de ganar una liga en la última jugada de la última jornada".

El mundo se le pudo venir abajo con 20 años tras una grave lesión: "Me rompí los ligamentos de la rodilla salvándose, no se cómo, el cruzado, que me tuvo ocho meses parado y todo lo que fue el sufrimiento de la recuperación. Pero fue en ese día a día donde conocí a gran parte de mis amigos a los que les estaré eternamente agradecido".

En su etapa con el equipo de División de Honor del CD Ourense, donde llegó a participar de algunos entrenamientos, el lateral Chivi nunca soñó con ser profesional: "Son años en los que tenía que decidir si estudiaba fuera o no, pero al final dándole vueltas y viendo otra serie de temas familiares aposté por los estudios, mientras que otros de mi quinta como Yosu o Jaime Noguerol consiguieron vivir del fútbol profesional".


Celanova, ¿su última parada?


Después de pasar por distintos clubes, Chivi aún no tiene claro si colgará las botas en el Celanova: "Sé que es cierto que los años van pasando y cuesta un poco más recuperarse, ponerse a tono. En las últimas temporadas cambié de rutina para estar mejor físicamente en temas de alimentación o hacer deportes complementarios. Seguiré mientras me respeten las lesiones, el cuerpo aguante y sienta que jugando más o menos minutos puedo aportar. El carnet de identidad no lo miro, aunque soy consciente de que cada año puede ser el último".


El culpable de llevar el mote 'Chivi' fue su entrenador Peluso


El año que logró ascender con el CD Ourense a División de Honor, su técnico Peluso le colocó el apodo de Chivi' "Fue uno de los mejores entrenadores que tuve y en ese año, al haber  tantos Pablo en el equipo, para diferenciarme se le ocurrió llamarme así, como a las cabras porque con la pubertad empezaba a asomarme una pequeña perilla. Sólo cuando jugué en Coruña e Italia era Pablo".


Los pensamientos positivos son los que se llevan a la cama


"Intento darlo todo en cada momento. Con el fútbol las cosas me salen peor o mejor e intento no dejarme nada en el campo que es una premisa básica que luego se tiene que complementar con tus habilidades técnicas, tácticas y físicas. No soy creyente, pero cuando me voy a la cama me acuesto pensando en algo positivo y  que hay algo parecido al karma".


Su larga melena ha sobrevivido a muchas apuestas en la liga


Chivi tiene motivos para mimar su cabellera: "Puede que a muchos no le guste como a mí el rock y a nivel estético puedo ser un poco diferente a lo habitual, pero esta melena ha sobrevivido a apuestas de ligas. Mientras la calvicie me respete y no tenga que ir a Turquía (risas) voy a intentar mantenerla con ese halo de libertad y transgresión en la vida, que viene bien".


De sus primeros pasos en el Velle a la experiencia italiana


A Chivi siempre le gustó el Atlético de Madrid "por la afición y pasión que tienen. No olvido mis inicios en Maristas con Javi Carreño y la ilusión de poder jugar en el Velle y obviamente en CD Ourense, del cual era socio. Pero cuando fui de Erasmus a Génova jugué varios meses en el Lagaccio donde me llamó la atención que allí van a los vestuarios en albornoz".

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