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En el Campus ya llueve menos

Los jugadores del VRAC B intentan anotar un ensayo sobre el anegado césped del Campus.
photo_camera Los jugadores del VRAC B intentan anotar un ensayo sobre el anegado césped del Campus (JOSÉ PAZ)

El conjunto ourensano, que se impuso con claridad al VRAC B, aprovechó la derrota del CRAT para acortar su desventaja con el tercer lugar de la tabla

El Campus Ourense volvió el pasado fin de semana a la rutina habitual, la de los triunfos contundentes en el sintético de la Universidad y en el de la lucha contra los elementos.

De nuevo, el césped del recinto universitario soportó como buenamente pudo el chaparrón de agua y juego de los de Monreal, que lidiaron primero con el filial del Quesos Entrepinares y después con las cada vez más habituales bolsas de agua del campo, en algunas esquinas ya casi considerados piscinas.

Al margen del drenaje del campo, en la clasificación también llueve menos que hace siete días. El triunfo con bonus ofensivo frente al VRAC B, en un partido que dominaron desde los compases iniciales (ante un rival con solo dos suplentes), sumado a la derrota de CRAT a domicilio frente al Eibar, pone al conjunto universitario a tiro de una victoria el tercer lugar de la tabla, el primero de los pasos que se marcaban los jugadores antes del último parón competitivo.

Ahora, visita al colista de la competición, un Durango que todavía no ha sido capaz de ganar un solo encuentro de los 15 disputados y que desde antes de Navidad ya se sabe descendido a territorial. 


Aspectos positivos y brotes verdes


La victoria, al margen de devolver la confianza a los ourensanos, tanto a nivel de juego como de resultados, sirvió para observar la evolución de jugadores menos habituales y que por las rotaciones están jugando más minutos.

Además, mediado el segundo tiempo entró en la cancha el nuevo jugador del equipo, Tim Shearer.

Impresionante en cuanto a planta (tiene un físico que muy pocos jugadores tienen en la categoría, mucho menos los tres cuartos) pero todavía algo perdido en el campo, el centro neozelandés mostró algunas pinceladas del talento que atesora.

También fue importante el trabajo realizado por Yaguito, que sin su compañero de viaje habitual, un renqueante Reuben Spicer (podría reaparecer este fin de semana tras superar sus problemas de hombro), fue capaz de darle criterio al juego ourensano, en unas condiciones realmente complicadas.

Las lesiones y las recuperaciones

Lentamente la enfermería del Campus comienza a vaciarse. Con Reuben casi listo, la atención se centra en Moti, que podría recibir el alta a principios de febrero.

Más dudas ofrece la recuperación de Morgade, a la espera (todavía) de ser operado del hombro lesionado hace casi un mes.

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