El capitán del Vilariño marcó en el minuto 89 el gol que le permitió a su equipo sumar un punto ante el Cortegada
El Vilariño, a la espera de que se puedan acabar las obras en su campo, jugó en Loñoá como local donde empató in extremis 1-1 ante el Cortegada, logrando así su primer punto en esta liga y pudiendo marcar un gol después de 366 minutos.
El equipo de Anxo Valcárcel quería borrar sus anteriores tres derrotas, pero se encontró con un rival que arrancó más entonado y seguro de lo que debía hacer sobre el terreno de juego.
Después de un primer aviso de Toti con un zurdazo que repelió el portero, el delantero visitante no desaprovechó su segunda oportunidad. Un centro colgado desde la izquierda lo remató con gran pillería anticipándose a su defensor (y con la indecisión de Nacho) para colocar el 0-1.
El Vilariño trató de digerir el impacto, pero le costaba mucho poder hilvanar una jugada. Cuando buscaba sorprender a la defensa del Cortegada, tanto José Ramón como Pedro, caían en la trampa del fuera de juego.
Las ansias por querer empatar llevaron a los locales a ser imprecisos a la hora de rematar con criterio entre los tres palos. Incluso salvaron una falta despejada por Diego Sotelo.
Señales de vida
En la segunda parte, el conjunto visitante le cedió el terreno a un Vilariño que parecía dar señales de vida, pero que continuaba con el punto de mira desviado.
El juego se hizo más confuso, por momentos entrecortado y dentro de ese caos el Cortegada seguía conservando el gol de ventaja.
A medida que corrían las agujas del reloj, la ansiedad de los jugadores locales crecía como la temperatura ambiente y todo parecía indicar que otra nueva derrota provocaría el desencanto de sus aficionados.
En las faltas el Vilariño buscó la fórmula de conseguir el empate. En un lanzamiento lateral de Jorge Ramos apareció David Conde a un metro de la portería para rematar de cabeza, pero se interpuso con una gran parada Azucarillo, que envió el balón sobre el larguero.
Más tarde, pudo sentenciar el partido Toti, pero su libre directo se fue rozando el poste derecho.
Cuando todo estaba perdido y el Cortegada se frotaba las manos celebrando otro triunfo, la estrategia salvó al Vilariño. Una vez más Jorge Ramos colgó una falta desde la derecha al corazón del área donde el capitán Joshua alcanzó a peinar el balón que se le coló entre las manos del portero Azucarillo subiendo al marcador un empate que supuso un desahogo para un equipo que deberá seguir trabajando.
