FÚTBOL SALA

Al menos, que no falte la emoción

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A falta de buen juego, la incertidumbre en el marcador acaparó el protagonismo en el primer empate en la historia de los dos equipos en cita oficial

Da igual que lo haya todo en juego, que haya solo un poco o que no haya nada en liza, los derbis Burgas-Envialia, el clásico del fútbol sala femenino ourensano, se ha convertido en algo más que un partido. "Mira que llevamos derbis y derbis y la gente sigue disfrutando como si fuera el primero". Son palabras de Manolo Codeso, entrenador del Envialia y quien lleva disfrutado, o sufrido, desde el banquillo del Burgas los 19 duelos oficiales entre ambos equipos. "Les he dicho a las jugadoras que son unas privilegiadas por poder vivir desde la cancha un ambiente así, y ojalá lo puedan seguir disfrutando muchos años más".

Para Chipi fue el quinto, pero es imposible no impregnarse de derbi ourensano con un ambiente así. No fue la final de Copa Xunta de 2016 pero sería un insulto tomar como referencia aquella cita: cerca de un millar de espectadores, como hubo ayer, tampoco está nada mal. Todavía sería más insulto hacer comparaciones con lo ocurrido en la grada, y lo que pudo pasar, aquel Jueves Santo, más allá de que haya algunos que sigan empeñándose en hacer de un evento deportivo un motivo de confrontación absurdo se mire por donde se mire. Lo cortés no quita lo valiente, porque la rivalidad es la rivalidad, pero siempre hay límites.

Solo faltaba que el gran ambiente que hubo en la grada estuviera adornado con un gran fútbol sala. El juego fue bastante pobre pero la incertidumbre en el marcador y el empeño paliaron el tema. Al menos, que no falte la emoción.

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