ENTREVISTA

Miguel Ángel: "Disfruté mucho con Luis Soria y creo que él también lo hizo conmigo"

Ourense. 11/11/17. Entrega del premio Ourensanía 2017 a Miguel Ángel González Suárez en el  teatro principal de Ourense.
Miguel Ángel en el discurso.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Miguel Ángel González.

Hace algo más de  50 años del inicio de aquella historia que iniciaron Miguel Ángel González y Luis Soria en una pista de baloncesto.

Mantienen contacto, ¿verdad?

Claro. Incluso le he escrito cartas, no sé si las mantendrá. Cada vez que lo veo me llevo una alegría muy grande, pero siempre que voy a Ourense es de escapada y él tampoco se deja ver mucho.

Deme su versión de aquello.

Es sencilla. Estaba en la cancha de baloncesto que había tras la tribuna que había en el campo de O Couto jugando partidos contra mí mismo. En una de las veces que descansaba me puse a verlos entrenar y me convenció para que bajase a entrenar con ellos. Al acabar el entrenamiento ya me dijo si quería hacer la ficha. 

¿Lo convenció rápido?

Al principio le dije que no, pero me dijo que me daban ropa para entrenar y me convenció para que bajase con ellos. Al acabar de entrenar me convenció para que hiciese la ficha diciéndome que no era para jugar, que solo era por si algún día se encontraban sin gente. Al final firmé con Ovidio Feijóo, que era el presidente del club. Pensé que no pasaría de ahí, pero vaya si pasó. Ya no volví a jugar al baloncesto.

¿Qué tal se le daba la canasta? Soria dice que saltaba usted muchísimo.

Se puede decir que era un poco saltarín, sí. Los partidos de baloncesto suelen empezar con un salto entre los dos jugadores más altos de los dos equipos y yo no lo era, pero era el que saltaba siempre por mi equipo.

¿Qué recuerdos tiene de Soria como entrenador?

Él había sido portero y creo que se ilusionó mucho conmigo. Era un hombre al que le gustaba muchísimo entrenar y a mí también. Disfruté mucho, pero creo que él también lo hizo. Lo pasamos muy bien juntos.

Dice de usted que era un profesional desde el inicio.

Yo era una persona demasiado viciosa. Era un vicioso del entrenamiento (bromea) y creo que Soria se realizó con una persona que pasaba tantas horas en la portería.

Y no eran entrenamientos como los de ahora, supongo.

Nada que ver. Primero porque aquel equipo estaba formado por jugadores que no eran profesionales. Eran trabajadores que al salir del trabajo iban a entrenar y por eso casi todos los entrenamientos eran de noche. En invierno recuerdo que alguna vez pintábamos los balones de blanco para poder verlos. No teníamos casi luz porque no había focos, eran unas bombillas. Eso te hacía estar todavía más atento al juego.

El portero titular era Suárez.

Yo era un crío y Antonio Suárez era ya uno de los veteranos del equipo. Era el que tenía delante. Él se las sabía todas y yo aprendía las que podía. Era el compañero ideal. Tengo un recuerdo muy cariñoso hacia él y supongo que él también me recuerda a mí con cariño.

¿Algún consejo de Soria que recuerde especialmente?

Todo porque en realidad yo nunca había jugado al fútbol. A mí lo que me decía era que estuviese siempre atento y que no olvidase que los partidos duraban 90 minutos. Él hablaba con una persona que lo estaba aprendiendo todo y por lo tanto todo lo que me decía eran consejos.

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