El entrenador del Campus Ourense desgrana las claves de la derrota de su equipo frente al líder, que dominó el encuentro y mostró su enorme potencial
El fin de semana pasado, el Campus Ourense, invicto hasta el momento como local en División de Honor B, recibió al UBU Colina, con un espectacular bagaje de 17 triunfos en otros tantos encuentros.
Enfrente, el mejor anfitrión de la competición frente al mejor equipo de la categoría. El resultado, un abultado 0-68 que mostró la diferencia de nivel existente entre ambos conjuntos.
Si bien en los primeros 40 minutos, los ourensanos mantuvieron el pulso al encuentro y rozaron por momentos el ensayo, en la segunda mitad, cuando las baterías de los de Monreal dijeron basta, el choque se convirtió en un monólogo, en el que las formas y deportividad visitante brillaron por su ausencia.
Las constantes quejas del equipo visitante, tanto en el campo como en la grada, deslucieron un partido en el que el justo vencedor fue el conjunto burgalés.
Dos días después de la derrota, el técnico del equipo, David Monreal, analiza el marcador y las sensaciones mostradas. "La verdad es que nos medimos a un equipo que es de otra categoría. Tienen la mejor plantilla y considero que con algún retoque en cuanto juego podrían estar en zona media de División de Honor. Nos fuimos con malas sensaciones porque no fuimos capaces de anotar ni un punto, eso es lo que llama la atención".
Con respecto a ese asunto,el quedarse a cero como local, el entrenador destaca que "tuvimos varias oportunidades en la primera mitad para ensayar pero fallamos en los metros finales. Después, a partir del minuto 42, cuando vimos que el partido estaba perdido decidimos reservar a jugadores tocados y pensar en los siguientes compromisos. Lo cierto e es que en la segunda mitad sentí frustración por ver como los chicos se dejaban la piel en el partido, pero ellos son muy superiores".
Al final, un 0-68 que más allá del resultado, mostró aspectos a mejorar en el futuro inmediato. "Contra Burgos vimos que tenemos que seguir trabajando en el aspecto físico. Es algo que ya sabíamo que tenemos que mejorar y poco a poco estamos cambiando. Tenemos que trabajar más ese apartado, pero también siendo conscientes de que nuestros chicos no son profesionales y no podemos quemarlos. Hay que encontrar el equilibrio con pequeños detalles y pienso que lo vamos a conseguir", afirma Monreal.
Ahora, sin tiempo a descansar, turno para el último derbi de la temporada, en esta ocasión frente al Universidad de Vigo, colista de la competición. Un partido clave para ambos, ya que según el técnico universitario "en nuestro caso serviría para olvidarnos casi de forma definitiva de los puestos de descenso y afrontar el resto de la temporada con más calma. En el caso de Vigo, un equipo al que tengo un enorme aprecio, les supone el verse casi descendidos o seguir con vida. De todas formas, tienen varios partidos por delante para salir y por el bien de todo el rugby gallego, no solo el suyo, espero que logren la permanencia".
