Nati y Sonia Pacios: "Hace 30 años se veían como normales los comentarios machistas en el deporte femenino"

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photo_camera Sonia y Nati Pacios.

Las dos hermanas vinculadas al Cidade das Burgas explican con retrospectiva el papel de la mujer en el deporte 

Tener que jugar a escondidas, escuchando comentarios muy poco agradables y siendo la comidilla en muchos foros. Así fue el inicio de las hermanas Nati y Sonia Pacios en el fútbol sala, deporte en el que continúan disfrutando de la élite nacional como integrantes del Cidade de As Burgas en la Primera División.

Ambas coinciden en que jugar al fútbol sala en Ourense "era por aquel entonces algo muy complicado, porque no estaba bien visto", y se consideran "pioneras" ya que de aquello hace tres décadas.

"En casa nunca tuvimos ningún problema porque mi padre y mi hermano jugaban al fútbol, pero en el colegio la historia era muy diferente. Soy un año más joven que mi hermana pero llegué un curso antes a Carmelitas y en el patio era yo la única que se ponía a pelotear. Después llegó mi hermana y ya éramos dos. En un colegio de monjas y unas niñas jugando al fútbol era algo que rayaba lo satánico. Nunca nos dijeron nada pero sabíamos que no gustaba y éramos la comidilla en los claustros de profesores", reconoce Sonia Pacios. Su hermana Nati añade que "jugábamos a escondidas y a veces con los chicos porque el entrenador del equipo de futbito nos lo permitía. Después, una profesora de Educación Física nos dijo que había un equipo de fútbol sala femenino, el Xogos O Couto, y allí empezó todo. Al principio casi sin competición, porque había muy pocos equipos, y después ya desde el deporte federado".

Y precisamente en el fútbol sala federado es donde empezaron "los comentarios machistas. Lo de llamarnos marimachos estaba a la orden del día. Ahora está mucho más normalizada esta situación, pero en los 80 la mentalidad de la gente era de la Edad Media, le gente pensaba que había deportes para chicos y otros para chicas", subraya Sonia.

Maternidad y deporte de élite son conceptos que tienen una difícil conciliación. Nati Pacios lo sabe bien. "No es fácil armonizar la competición al más alto nivel y la maternidad, y eso que en mi caso no supuso demasiado problema. Eso sí, tuve que parar los nueve meses del embarazo y después otros cinco".


Todavía mucho que mejorar


Nati y Sonia Pacios reconocen que las cosas han mejorado "pero todavía queda mucho por conseguir y normalizar. Hoy no vivimos la situación de hace 30 años pero al deporte femenino todavía le queda mucho por mejorar de cara a conseguir la igualdad con el masculino. Hay éxito, solo hace falta mirar al medallero olímpico para ver lo que consigue el deporte femenino para España, pero el reconocimiento no es proporcional. Peleamos, luchamos, nos hacemos ver y demostramos nuestra valía, pero aún nos falta el reconocimiento", incide Sonia. Para Nati, "a pesar de haber evolucionado todavía falta el empujón definitivo, empezando por las ayudas y con el profesionalismo".

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