El equipo de Óscar Vivián se vio superado desde el principio por un sensacional Burela que se alzó con la Copa Galicia de fútbol sala femenino
El Burela se alzó con el título de la Copa Galicia de fútbol sala femenino después de una final ante el Ourense Envialia que apenas tuvo historia. El resultado de 0-7 es bastante elocuente: cuatro goles en la primera mitad (Peque, Taina, Gaby y Shiori) y otros tres en la segunda (Maite, Peque de nuevo y la portera Jozi), en un incontestable triunfo lucense.
Avisaba en la previa el técnico Óscar Vivián que su equipo debía tener mucho cuidado con la presión de la primera línea lucense y ahí comenzó a fraguarse la derrota de las ourensanas.
La final comenzó a decantarse en favor de las lucenses en el minuto 5. Después de un arranque con mucho ritmo y de constantes llegadas de los dos equipos a ambas áreas, el Envialia cometió un error gravísimo en la salida de balón. Peque robó el balón y se plantó ante la meta Sarita, a la que batió para hacer el 0-1. Era ya el segundo mano a mano de las lucenses y en esta ocasión no fallaron.
Sin apenas tiempo para rehacerse del gol, nuevo mazazo. La forma, idéntica. Robo de balón cerca del área, en esta ocasión de Taina, que materializó en el 0-2 (minuto 7).
El Envialia, sin capacidad de reacción, pasó a verse superado por un Burela que a la contra siempre llevó peligro. Gaby, en el minuto 12, y Shiori, en el 18, ampliaron la ventaja lucense para llegar al descanso con un 0-4 que parecía definitivo, más por sensaciones que por la distancia en el marcador.
Lavado de cara
El Envialia trató de cambiar la dinámica tras el descanso pero fue imposible. Apenas dos minutos tardó en llegar el quinto, obra de Maite, y entonces comenzó para las ourensanas un suplicio que duró 18 minutos más. Los intentos de hacer gol para las pupilas de Vivián no fueron efectivos y las ourensanas no fueron capaces de estrenar el casillero. El Burela todavía adornó con dos nuevos goles un triunfo sin paliativos demostrando que al menos esta temporada le tiene tomada la medida a un Envialia que deberá cambiar pronto el chip para, quien sabe, tomarse la revancha en la Copa de España.
