El equipo ourensano perdió ante el Avilés, un rival directo, en un duelo marcado por la polémica expulsión de Óscar Bravo al comienzo de la segunda parte
El Pabellón no es capaz de regresar a la senda del triunfo. El equipo ourensano tenía en Avilés una buena ocasión para lograrlo, pero, a pesar del esfuerzo realizado, el equipo entrenado por Guillermo García regresó de vacío de tierras asturianas.
No sin polémica. Una jugada pudo cambiar el partido. A los seis minutos del segundo tiempo, el balón rebota en el atacante blanquiverde Óscar Bravo y se cuela en la meta del Avilés. El árbitro señaló mano y anuló el gol. Para más inri, las protestas del ourensano le valieron su expulsión. El más difícil todavía.
Antes, el duelo fue igualado. El Avilés salió fuerte y ambas escuadras sabían que no era un partido más. Era un choque entre rivales directos en la lucha por la permanencia. El Pabellón pudo adelantarse gracias a un disparo de Yago que el portero asturiano despejó con apuros. El rechace le cayó a David que mandó el balón fuera a puerta vacía. Y quien perdona, lo paga. En el minuto 37 el Avilés sí que acertó y subió el 1 a 0 en el marcador. Jarro de agua fría para los ourensanos que se marcharon al descanso perdiendo por la mínima.
En la reanudación, el Pabellón salió decidido a por el empate. La intensidad dio sus frutos. Pero los blaquiverdes pasaron de la alegría del gol de Bravo al enfado por la anulación y la expulsión del atacante. Sumar ante el Avilés se puso muy cuesta arriba con más de 40 minutos de juego por delante. A pesar del duro golpe, los futbolistas de Guillermo García siguieron con su objetivo. Tocó reestructurar al equipo sin renunciar a ser ambiciosos. Y hubo opciones. La más clara, en las botas de Mario, que se encontró con una gran intervención del meta avilesino.
Con el Pabellón volcado, pasó lo que podía pasar, ante un rival que también llegaba con peligro. Una contra del Avilés le sirvió para sentenciar con el 2 a 0 en el minuto 90. Fue el punto y final para la ilusión de los ourensanos.
Una derrota que duele, por la forma y por el fondo. Ahora quieren pasar página y centrarse en sacar adelante el duelo contra el Areosa en Os Remedios.
