El pelotón vive una etapa complicada, como la vendimia en Ribeira Sacra

A Teixeira (Cristosende). 25-08-2016. Paso del La Vuelta por Cristosende, en A Teixeira. Paz
photo_camera Una de las imágenes de la sexta etapa de la Ribeira Sacra.

En la recogida de la uva, mencía mayoritariamente, los vendimiadores se encuentran con laderas que rozan casi la vertical de los 85 por ciento.

La vendimia en la Ribeira Sacra está considerada como una de las más peligrosas del mundo, consecuencia de las empinadas laderas en las que están plantadas sus viñas, y que el pelotón de la Vuelta ha sufrido en sus propias carnes a pesar de la apariencia en el libro de ruta de ser una jornada no muy exigente.

En la recogida de la uva, mencía mayoritariamente, los vendimiadores se encuentran con laderas que rozan casi la vertical de los 85 por ciento.

A la Vuelta, los últimos años le gusta buscar algunas rampas casi imposibles para los ciclistas, que llegan en momentos puntuales hasta el 30 % como es el caso del coruñés Mirador de Ézaro, pero en la zona del cañón del Sil no han dado, todavía, con ninguna para afrontar puntualmente de elevada dificultad, pero los sube y bajas encadenados constantemente, han propiciado un día de una exigencia tremenda.

Los líderes de los equipos en primera persona, y en algún momento sin apenas opciones para delegar, han sido los que han tenido que estar delante.

Los ciclistas no han afrontado, con total seguridad, la jornada más dura de esta 71 edición de la Vuelta a España, pero se han encontrado un terreno abonado para las emboscadas que sus piernas han sufrido y que puede pesar en los próximos cuatro días, en los que les esperan una etapa de media montaña mañana, cuando salgan de Galicia, y tres finales en alto consecutivos: La Camperona, El Naranco y Lagos de Covadonga.

Los equipos de los aspirantes al triunfo final, un papel que han dejado claro que asumen el Sky de Chris Froome; el Movistar de Nairo Quitana y Alejandro Valverde; el Orica de Esteban Chaves; y el Tinkoff de Alberto Contador.

A esos cuatro también se suma el BMC, en primer lugar para defender el maillot rojo del colombiano Darwin Atapuma pero sin descartar que su presencia entre los mejores pueda prolongarse más de lo esperado.

Desde el comienzo de la etapa todos andaban con las orejas tiesas por lo que pudiera acontecer en el último tercio de la etapa, y a pesar de que en el libro de ruta tan solo aparecía la ascensión a un segunda categoría sin excesivas exigencias, el Alto de Alenza ya en la provincia de Ourense y nada más abandonar la de Lugo.

De hecho, los líderes de los diferentes equipos no han dudado en calificar esta sexta etapa como una jornada "muy dura" tanto por el calor y la elevada humedad relativa que han tenido que soportar, así como por el exigente trazado por el que han tenido que pedalear en a parte final.

El español Alberto Contador (Tinkoff), que acumula en su palmarés tres Vueltas, se ha mostrado convencido al finalizar la jornada que de que el ritmo al que se están desarrollando estas primeras etapas por Galicia "van a pasar factura en la tercera semana de carrera y habrá muchas sorpresas".

Especialmente significativo ha sido el apunte del madrileño sobre lo atentos que han tenido que estar los aspirantes a conquistar el maillot rojo. "Ha sido un día para los corredores de la clasificación general, todos hemos tenido que estar atentos y bien colocados".

Los equipos se han visto obligados a trabajar a destajo, así como buscar las mejores situaciones estratégicas, para que sus ciclistas estuviesen el menor tiempo posible desatendidos. Las estrechas carreteras por las que circulaba el pelotón han impedido durante muchos kilómetros cualquier tipo de adelantamiento.

La mayoría ya visualiza lo que está por llegar en el final de este primer tercio de la Vuelta, en el que los que quieran inscribir su nombre en el palmarés de la carrera española saben que será, casi imposible, dejarla sentenciada pero lo que de ninguna manera quieren es quedarse sin opciones.

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