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Peroxa - Arnoia: el fútbol quedó para otro día

Rodrigo no lo puede creer y Luchi falicita al portero Miguel luego del golazo del meta desde unos 40 metros (JOSÉ PAZ).
photo_camera Rodrigo no lo puede creer y Luchi falicita al portero Miguel luego del golazo del meta desde unos 40 metros (JOSÉ PAZ).

El Arnoia superó con un gol de su portero al Peroxa en un partido plagado de brusquedades y que acabó con cuatro expulsados

El Arnoia cumplió al pie de la letra su estratégico plan, pero no contaba con que su portero Miguel le otorgaría la victoria por 0-1 ante el Peroxa. De esta manera, el líder consigue alejarse cada vez más en lo alto de la clasificación y comienza a contar los días que le restan para plasmar el ascenso.

El público llegó a O Marco deseoso de ver un partido intenso con un gran caudal de ocasiones que se quedaron en unas escasas durante el primer tiempo.

El Peroxa pudo ponerse por delante con una falta de Juanma que descolgó de la escuadra en una gran intervención Miguel.

Lo que no suponía el portero arnoiés es que terminaría siendo decisivo en la victoria. Con mucha picardía sacó una falta desde su propio campo, a 40 metros de la de su colega Alberto, que en su desesperada y tardía reacción observaba como el balón dormía dentro de las redes. Era el 0-1.

El cuadro local quedó en estado de shock y para el Arnoia todo estaba según el guión preestablecido. Oli falló la posibilidad del segundo gol, al cabecear sólo y desviado un saque de esquina peinado por Luchi.

El partido entró en una fase de entradas a destiempo y protestas generalizadas, especialmente del Peroxa, que recriminó la labor arbitral ante la dureza empleada por los jugadores visitantes.

En medio de tanto desorden, Rodrigo casi sorprende a Alberto, que despejó el disparo con la ayuda de un defensor.


Caos y expulsiones


Era de esperar que en la segunda parte el Peroxa adelantaría más sus líneas y más viendo como el Arnoia se limitó a guardar las espaldas y  renunciar al ataque.

Las fricciones fueron el común denominador, hasta que con las dos primeras expulsiones locales  se descarriló definitivamente el partido y la tensión del campo se trasladó a un sector de la grada enardecida con el rival y el árbitro.

Con las últimas dos rojas, una por cada bando, acabó esta historia, que tendrá dos nuevos capítulos en la semifinal de Copa.

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