El Pabellón volvió a sumar un punto después de tres meses de sequía, tras superar una asignatura pendiente: terminar un partido sin encajar goles
Un quebradero de cabeza. De esta forma se tomaba el Pabellón el objetivo de mantener su portería a cero. Y tras 19 jornadas, misión cumplida. Los blanquiverdes empataron sin goles en Os Remedios, además, ante el tercer clasificado, el Real Oviedo. Un punto que sirvió para volver a sumar tres meses después y, sobre todo, recibir una inyección de moral.
Uno de los protagonistas fue Abel, el portero pabellonista que defendió la meta ante los asturianos, con buenas intervenciones bajo palos y saliendo de su meta. "Fue mi segundo partido esta temporada. Trabajé durante el año para tener mi oportunidad y llegó el momento. Estoy muy satisfecho. También con la labor defensiva que hizo el equipo el sábado. Evitamos esos fallos individuales, que era otro objetivo, y conseguimos dejar al Oviedo sin marcar", destaca el arquero blanquiverde.
El empate fue una de las sorpresas de la jornada en el grupo 1 de la División de Honor, ya que se vieron las caras dos polos opuestos en la tabla. "Lo conseguimos ante un rival que vino con todo su potencial. El Oviedo se jugaba mucho porque se podía acercar a los dos primeros, que jugaban entre ellos. Les hicimos un favor (a Sporting y Celta)", señala Abel.
Pero más allá del punto, la igualada dejó otro ambiente en el vestuario de Os Remedios. Fin a la sequía. No con un triunfo, pero al menos llevándose algo positivo. "Nos ha venido muy bien. Los puntos, en nuestra situación, no sirven de tanto. Pero vale para sentirnos mejor como equipo". Y es que la temporada está siendo dura para el Pabellón. "Cuando haces un viaje hasta Asturias o Cantabria, y ves que tienes opciones pero no lograr sumar, llegas a casa hundido. Por eso necesitábamos un resultado positivo", afirma el portero.
Un reto de nivel
Si el Oviedo era un rival duro, el siguiente en el calendario del Pabellón no se queda atrás. Este sábado los ourensanos visitarán al Sporting de Gijón, líder y equipo más goleador del grupo, que está en pleno mano a mano con el Celta por el título. "Es una visita complicada a Mareo. A ver si podemos hacer un buen trabajo y, con algo de suerte, podemos llevarnos algo de allí".
Por lo de pronto, el Pabellón se aferra a las buenas sensaciones del último duelo liguero. "Los jugadores llegaron al primer entrenamiento con otro ánimo. Sí que lo comentamos. Es un punto que da alegría", confirma el técnico blanquiverde, Guillermo García.
