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Ramirás, capital de la rebelión cultural

Los vecinos de Ramirás volvieron a ser minoría en el Festival Internacional Rebulir que, desde hace nueve años, reúne a agrupaciones estatales y extranjeras para exaltar la música y el baile tradicional. 

Los acordes y las danzas tradicionales gallegas fueron ayer minoría, aunque no menos aplaudidas, en el Festival Internacional Rebulir de Ramirás. El polideportivo de O Picouto cambió por unas horas su programación deportiva por el gala internacional del folclore peninsular, que contó con la exótica participación del Ballet Jammu de Senegal.

Los apenas doscientos habitantes que residen habitualmente en O Picouto fueron conquistados por una marea de grupos de amigos llegados desde diferentes puntos de la comarca celanovesa, de Ourense, Vigo y hasta Santiago, deseosos de disfrutar de un espectáculo musical en el que la nota de humor la pusieron Miguel Ferreiro y Xosé Manuel Piñeiro, padrino de esta edición. "Quixemos facer unha gala máis dinámica, máis divertida, máis cómica. De aí que lle désemos este carácter máis de gala", apuntaba Alexandre Soteliño, director de Rebulir, satisfecho por el buen ambiente que durante toda la jornada se desarrolló en el municipio, donde se llegaron a concentrar cerca de un millar personas.

Pasadas las siete de la tarde arrancó el espectáculo en el que se pudieron escuchar y bailar jotas mañanas y zamoranas, tamborradas de los ranchos portugueses y muñeiras y cantareiras de la tierra. Si olvidar la actuación del ballet de Dakar que arrasó con su repertorio de danzas tradicionales.

Una vez bajado el telón, grupos y vecinos disfrutaron del intercambio gastronómico y, a medianoche, protagonizaron una jam sesión en la que escenificaron fusiones de música y baile en Celanova. Los ecos del festival seguirán hasta final de mes con "Imaxes do alén", exposición que se puede visitar en el centro social.

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