Suceso en Ourense

Sufre un infarto y le salvan la vida: los ángeles juegan al pádel en el club P21

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photo_camera Raúl Pérez, Rosa Fernández y Santi Prieto, en las instalaciones de P21.

Santi, Rosa y Raúl, con su rápida actuación, le salvaron la vida a Héctor, un cliente del club P21 que sufrió un infarto

Estaba muerto. Si todo se quedó solo en un gran susto fue gracias a su actuación. Ahora recordarán siempre el 29 de noviembre como la fecha en la que salvaron una vida. La de Héctor, un cliente de siempre del P21 Pádel Club que se desplomó cuando llevaba solo tres minutos jugando un partido. Parada cardiaca. Era el momento de reaccionar. Santi Prieto, monitor del club, comenzó con el masaje cardiaco. Rosa Fernández, doctora y jugadora, le relevó, y también lo hizo Raúl Pérez, otro jugador de pádel. Pero trabajadores como Leo o usuarios pusieron su grano de arena. Los 20 minutos que tardó la ambulancia se hicieron eternos, pero mantuvieron a Héctor con un halo de vida al que se agarró con todas sus fuerzas. Ahora, días después, se recupera en la UCI del CHUO mientras espera su traslado a planta. Sus "ángeles de la guarda" no pierden detalle de su evolución.

"Ese día tenía libre. Fui solo a hacer un turno de una hora. Llegué cuando llegó Héctor, yo a dar una clase y él a jugar en la pista de al lado. Estuvimos hablando y vacilando antes de empezar y poco después, a los tres minutos, le dio la parada. Vinieron a buscarme de la pista de al lado, entré y lo vi tirado en el suelo. En esa situación, alguien tenía que coger el toro por los cuernos. Al principio pensé que podía ser un mareo o una lipotimia, pero en seguida vimos que era algo más grave", recuerda Santi.


Los tres, monitor y usuarios del club, se turnaron para hacer un masaje cardiaco, clave para mantener con vida al hombre


"Yo ya había terminado de jugar y estaba fuera hablando con una amiga cuando me avisaron. Entré y vi a Santi haciendo el masaje cardiaco. Y nos turnamos entre él, Raúl y yo. Estuvimos 20 minutos que se hicieron larguísimos hasta que llegó el 061. Llegaron, le masajearon y le "chisparon" dos veces. A la segunda ya reaccionó, lo entubaron y lo metieron en la ambulancia", completa Rosa.
"El 061 nos llegó a decir que avisásemos a la familia porque estaba crítico. Y, sin embargo, Lo visité ayer (por este martes) de noche en el hospital y da gusto ver como está. Es un hombre muy querido por todos en el club. Todos los que ayudamos en ese momento estamos muy contentos", destaca Raúl.

Todavía se les nota emocionados. No es para menos. Y aunque quitan importancia a su actuación ("hicimos lo que había que hacer"), saben que una vida no se salva todos los días. "Fue un susto muy grande. Hubo momentos en los que pensábamos que no salía para delante. Pero al final fue todo bien y Héctor se está recuperando de forma increíble. Para empezar, porque nos dijeron los médicos, que en estos casos solo sobrevive una de cada 100 personas. Y el periodo para quitar la entubación en la UCI suele ser de 2 a 3 semanas. A él se lo quitaron en tres días. Está a punto de bajar a planta y ya come, habla, camina... No se acuerda de lo que ocurrió ese día, pero tiene memoria a largo plazo. Está mucho mejor de lo esperado. Son sus ganas de vivir", destaca Santi.

"Salir de una parada cardiovascular presencial es muy raro. Y Héctor salió. Un milagro, sin más. La médico del 061 nos dijo que le habíamos salvado la vida. Estaba muerto, prácticamente. Durante el proceso, yo, como mínimo, le rompí una costilla. Escuché el 'crack'. Primero, pedir ayuda, después hacer el masaje. Muy rápido, sin pausa y profundo. Es mejor romperle las costillas que hacerlo superficial", recomienda Rosa.

Santi ha acudido todos los días a ver a Héctor al hospital. Pero donde no le quiere ver es por las pistas de pádel. "Ahora, lo que le recomienden los médicos. Yo ya le dije, personalmente no te quiero volver a dejar entrar para jugar. Vienes de visita, a saludar, te tomas una caña, lo que sea. Nombrarlo persona 'non grata' si hace falta", bromea el monitor de P21 Pádel Club. 

Santi, Rosa y Raúl continúan con su vida cotidiana. Héctor espera volver a hacerlo, aunque con matices. Antes de este gran susto el corazón ya le había avisado. Ahora le toca tomárselo con calma y cuidarse. Sin olvidar que le tocará comprar una tarta cada 29 de noviembre. El día que volvió a nacer.


Las frases


"Lo visité ayer mismo y está genial. Come, habla, pasea... Una recuperación increíble" (Raúl)

"Héctor estaba prácticamente muerto. Fue sencillamente un milagro, sin más" (Rosa)

"De una parada presencial como esta solo sobrevive una de cada 100 personas" (Santi)

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