HISTORIAS DE PRENSA Y RADIO

Tal día como hoy en A Ponte

20160724181255010_result
photo_camera Los jugadores locales formaban las selecciones de Puente y Ourense de baloncesto.

Ciclismo de altos vuelos y el derbi Puente-Ourense en baloncesto, el programa deportivo

Dedicar casi toda una vida laboral a ser informador deportivo puede resultar bastante incómodo. Por no decir duro, que sería presuntuoso. Especialmente si trabajas en dos medios y con un horario laboral que marcan las necesidades informativas y no un tiempo determinado para andar de un lado a otro. Más si hay temporadas que te coinciden en competición ACB en baloncesto y Segunda en fútbol y aspiras a seguirlos fuera y en casa. No hay domingos ni festivos.

Pero eso no ocurre sólo de septiembre a junio. Encima, llegaba julio que para los informadores pontinos existen unas jornadas muy especiales que requerían atención de tus medios, especialmente por el compromiso con los organizadores. Y en agosto, ya estamos de nuevo en activo con el deporte. Eso, entremos en julio.

Más que unas fiestas

Comprendo que de unos años a esta parte estas cosas han cambiado. Antes era distinto. Las fiestas eran mucho más que una procesión con el Santiago Guerrero que hubo de retirar para dar paso al Santiago Peregrino; y, que también, que aparecieran o no en ese acto autoridades, según fueran de derechas o de izquierdas. Es decir, que unos sacaban pecho asistiendo y algunos otros desmarcándose. Políticos, qué le vamos a hacer. Pero en los medios deportivos cuidábamos especialmente esa parte del programa. Entremos en detalles.

El ciclismo

No sé ya cuantos años llevamos sin ciclismo en las fiestas pontinas. Estábamos tan bien conectados que a estas alturas estaba el Tour rematado y aparecían aquí primeras figuras. Yo mismo recuerdo en los años setenta a acudir a los alojamientos que tenía Sanmiguel, en la hoy calle Hermanos Villar, a interrumpir el día 24 la siesta de Fernando Manzaneque y a entrevistarlo para prensa y radio. Pero antes había estado allí al lado, en la calle de las Tiendas -estudios de Radio Ourense-, a hacerme cargo de un “armatoste-magnetófono Ingra” y a grabar la voz de la figura. Colocamos el aparato en el pasillo de le pensión. Semejante entrevista era todo un documento.

Y por supuesto durante muchos años, el personal que abarrotaba las calles del barrio tenía que mostrar el incondicional apoyo de Raúl Rey, un ciclista pontino que participaba en las mejores pruebas europeas siempre con equipos importantes. Raúl era nuestro orgullo. También había corrido el Tour y regresaba a casa acompañado de varios de sus amigos. Funcionaba de enlace con la organización.

Vamos, que teníamos en tal l día como hoy importantes carreras ciclistas con un circuito en torno a la Estación, ya que iba hasta el Pino, seguía por Río Arnoya, bajaba por la Avenida de Santiago, subía por Caldas y aparecía de nuevo en la Estación; así, un montón de veces. ¡Qué manera de disfrutar!

Y claro, baloncesto

De todas maneras nuestro deporte era el baloncesto. Y en semejantes fechas, librábamos una “enconada batalla”, nada menos que un Puente-Ourense. En los años cincuenta se practicaba el baloncesto en Ourense en pista de tierra. Pero en El Puente íbamos mucho más allá. Al cerrar la Estación Vieja e irse a la actual, la Nueva, quedaron libres aquellos terrenos que disfrutamos mientras no decidieron construir los Centros de Enseñanza. Y nuestra cancha principal no era de tierra, tenía piso de cemento, igualito al que pude ver entonces al Real Madrid en la capital de España en el Frontón Fiesta Alegre. Por cierto, que esta cancha tenía alguna que otra grieta y el nuestro ninguna, por extraño que parezca. Aquí los domingos, al salir de misa de doce, reuníamos a muchos más espectadores que seguían el juego desde la carretera de Santiago.

Habían estado allí los “Muelles de Mercancías de Pequeña Velocidad”. Le retiraron el tejado y quedaron paredes y piso. Pero el Puente-Ourense de las fiestas se trasladaba a un lugar en el que cupieran cientos y cientos de espectadores: la explanada de la Nueva Estación. Llevábamos unos tableros portátiles en camionetas, marcábamos el campo con yeso… ¡y a vivirlo! Del lado izquierdo en Miño, Bermello, Quino, Luis Antonio, Navas, Acevedo, Falín, Gallego, Iglesias, Lalo Arce, Pepe Pies, Paco Civitas…, dirigidos por Pepín López. Y del lado derecho, Toño y Pepe Perla, Pedro Freitas, Toño Bermejo, Dacoy, Ramiro Areán, Barbosa…, con Víctor Mouttet como entrenador. Con arbitraje repartido de uno de los Llamas o Chicho Sotelo por parte de ellos, y Pepe Fernández y hasta yo mismo por los nuestros. Casi nunca había problemas. Porque los nuestros eran superiores… (perdón).

Fuegos y Salsa Mandinga

1977. Una docena de amigos preparamos las fiestas. Fue sencillo, muy sencillo ambientarlas. Teníamos a favor a La Región y allí trabajaba el presidente fiestero. Crónica diaria. Bombardeo.

Quisimos ser originales. Convencimos en Cambeo a la malograda familia Josman -la profesión pirotécnica le costó la vida a varios de ellos por explosiones- para que nos trajera una sesión de fuegos “a la valenciana” por primera vez en Ourense. Espectacular.

Pero nos llegaron noticias de que hacía furor en el noroeste de España un grupo mexicano, cuando esos temas musicales arrollaban. Fuimos a por ellos. Lo manejaba una empresa de Gijón. Lo conseguimos. Se llamaba “Salsa Mandinga”. Entre su impacto y teniendo de mano a La Región, toda la gran explanada de la Estación se quedó pequeña. El grupo de violines y trompetas hacía maravillas y la chavala, con su voz, su gracia y su belleza entusiasmaba al personal.

Los comisionados nos apuntamos un triunfo sobresaliente con los mexicanos. Al terminar, mientras recogían, hago un aparte con el que supuse sería el director del grupo. Y, como si yo fuera un gran conocedor de aquel país, pregunto:

-Oye, extraordinaria actuación. Por cierto, ¿de qué parte de México sois?

Se me queda mirando sorprendido. Y responde con la mayor naturalidad:

-¿Nós? ¡Da Mariña lucense! ¡¡Somos de Viveiro, carallo!!

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