LIGA FEMENINA 2

La vida sigue igual

photo_camera Arantxa Mallou entra a canasta durante el último partido que disputaron en Os Remedios. (MIGUEL ÁNGEL)

El Pabellón femenino vive pendiente del cobro de la subvención del Concello para cambiar su situación deportiva

Pasan las jornadas y el día a día del Pabellón Ourense sigue creando una espiral de situaciones que no permiten ver el final de una tormenta perfecta que se viene gestando desde hace meses.

En el centro de ese silencioso huracán permanente en el que vive el conjunto ourensano, colista de la Liga femenina 2 sin haber ganado un partido hasta el momento, está la ausencia de cobro de la subvención comprometida con el Concello correspondiente a la temporada pasada.

Sin el dinero del ejercicio anterior en las arcas del club (se espera que el pago llegue a principios de diciembre) y con deberes inmediatos que afrontar para seguir adelante, se precipita otro problema que no cambiará a corto plazo salvo que aparezca una inyección económica adicional, la incorporación de una jugadora que revierta una situación insostenible desde hace varios meses.

Con el 'culebrón Puchetti' en tiempo muerto y un mercado que a día de hoy no ofrece demasiadas garantías al cuerpo técnico, parte de las opciones pasarían por esperar a lo que pueda surgir en el mercado invernal, eso sí, con el conocimiento de que una nueva jugadora tendría que resultar determinante, todavía más si se tiene en cuenta que un error en este aspecto o la precipitación terminaría de desequilibrar al club.

En cuanto a la vertiente deportiva ahora mismo la gran preocupación del entrenador del conjunto ourensano sigue siendo la falta de consistencia del equipo según pasan los minutos de juego.

Otra vez, el Pabellón volvió a ser un equipo competente durante un cuarto y medio. La primera parte contra el líder invicto de la competición, el GDKO Bizkaia fue de lo mejor de la temporada, lo que contrasta con una segunda mitad en la que el nivel descendió de forma alarmante y si bien es cierto que cada día el equipo mejora un poco más, también lo es que ahora mismo resulta complicado ver la mejor versión de la plantilla en su totalidad.

Este fin de semana el Celta medirá la mejoría de un equipo en el que cada pequeño problema se convierte en un mundo y en el que se deben tomar las riendas de un barco que se encuentra achicando agua y que solo la entrada de dinero podría cambiar una dinámica que apunta hacia lo peor.

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