La Volta a Valdeorras más calmada

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Las carreteras de la comarca acogieron un año más la Volta a Valdeorras. Le edición número 19 de la prueba ciclista puso a disposición de los participantes un recorrido de 116 kilómetros con salida y llegada en O Barco, pasando por Quiroga, el Alto de A Moá y Trives. Un recorrido exigente para una de las citas clásicas del calendario en el deporte de las dos ruedas.

Este año, con un tono diferente y obligado. Lo normal venía siendo que 30 kilómetros fuesen neutralizados y el resto de tramo libre para que los ciclistas lucharan por el triunfo. En esta ocasión la Guardia Civil mandó que los reagrupamientos se hiciesen de forma continua, con pequeños espacios para que los ciclistas pudiesen ir a su aire. En este caso se cumplió estrictamente que la cita tenía un carácter cicloturista.

Aquellos competidores que querían más ritmo y disputarse la prueba, se fueron por delante para completar la jornada aunque sin dorsal. El resto, completó la Volta aunque en bastante más tiempo que lo que venía siendo habitual.

Por eso motivo, al finalizar, no se entregaron premios para los tres primeros clasificados. Eso sí, los participantes recuperaron fuerzas con una comida en el pabellón de Calabagueiros que sirvió para la confraternización del pelotón. Además, durante ese acto sí se reconoció al club más numeroso, al que llegaba desde más lejos o a los deportistas más jóvenes y mayores.

A pesar de no tener ese punto competitivo, la Volta a Valdeorras dejó un buen sabor de boca a todos los integrantes del pelotón, al que se le invitó para una subida a Trevinca en el mes de agosto como cierre de temporada.


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