VUELTA A ESPAÑA

Contador se viste de rojo

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photo_camera Alberto Contador, en el podio. (EFE)

El ciclista del Saxo es el nuevo líder de la Vuelta tras una crono en la que el colombiano Quintana perdió cuatro minutos en una caída

El reloj terminó de desvelar una duda que casi no existía: Alberto Contador es el favorito de la Vuelta y ya luce "La Roja" tras la contrarreloj de 36,7 kilómetros entre el Monasterio de Santa María de Veruela y Borja, en la que el alemán Tony Martin se llevó el triunfo.

Martin (Omega), triple campeón mundial de la especialidad, ensayó para el Mundial de Ponferrada con éxito y cumplió el pronóstico. Con un tiempo de 47.02 minutos le ganó por 11 segundos a su gran rival, el suizo Fabian Cancellara (Trek), y tercero fue el colombiano Rigoberto Urán (Omega), a 15.

En la otra liga era el día del primer examen serio, el que iba a marcar el territorio de la general. Una especie de prueba del algodón, que nunca engaña. Y ahí, en la lucha individual, en pulso de fuerza, el más poderoso fue Alberto Contador, aquel que se puso de rojo en la mítica etapa de Fuente Dé, en 2012, para terminar con el mismo color en Madrid.

Se acabó el debate y el juego de cartas marcadas. Contador existe, está en forma y apunta a su tercera Vuelta. Se puso los galones de capitán en el batallón de favoritos, entre los que alguno le aguantó el tirón, como Valverde.

El murciano le dejó al de Pinto 23 segundos. También "Purito" salvó la cara ante el reloj, prueba que detesta, con una cesión de 1.10 minutos. Nada insalvable ante toda la montaña que resta.

Decepcionó, sin embargo, el británico Chris Froome, quien en su terreno no estuvo a la altura y le regaló a Contador 53 segundos. Mala señal al comienzo de una semana que terminará en la montaña, el escenario del nuevo líder.

También será el territorio de Nairo Quintana, pero una caída bajando el Moncayo le aleja de la pomada. El colombiano tuvo un despiste en la primera curva, en un giro a derechas se fue contra el guardarraíl y voló de forma espectacular. Segundos de zozobra, con la respiración contenida. La misma caída suele ser de hospital, pero a veces la suerte se pone de parte de los ciclistas. Tras casi dos minutos interminables Quintana se levantó y se lanzó a la meta, sin opciones, con la moral a ras del asfalto, pero con esperanza.

A 3.25 de Contador, y si los efectos de la caída se lo permiten, el ganador del Giro se tendrá que poner ahora al servicio de Valverde, otra vez jefe de filas del Movistar, y tratar de volar en la montaña. Nairo tendrá que jugar sus cartas de otra manera y tirar la casa por la ventana si quiere retomar posiciones. La desventaja ya es notable.

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