Un gol, una asistencia y los 11,5 kilómetros recorridos en el Camp Nou sitúan al delantero del Celta entre los candidatos a la titularidad de la selección
El fútbol era un deporte en el que un tipo redondo como una pelota podía ser figura. Incluso el mejor. El talle más bien orondo de jugadores como Di Stéfano o Maradona no les permitiría protagonizar anuncios de calzoncillos como a David Beckham o a Cristiano Ronaldo, pero su entronización en los altares del balón es incuestionable, como su calidad. Las estadísticas de la UEFA reflejan que en los años 50 un futbolista recorría durante los 90 minutos que dura un partido entre cuatro y cinco kilómetros de media. En los años 70 la distancia creció hasta los seis kilómetros y en los 80 ya se desplazaban ocho kilómetros por el campo. En el fútbol moderno la distancia media recorrida ronda los diez kilómetros por encuentro. Los defensas centrales y delanteros se mueven unos ocho kilómetros y los centrocampistas y carrileros pueden llegar hasta los doce. El 50% de la distancia suele ser al trote, el 35% caminando y el resto al esprint.
Johan Cruyff, un hombre capital en la historia de este deporte por un cambio de ritmo tan colosal como su capacidad para acuñar pensamientos lapidarios sostenía: "Todos los entrenadores hablan sobre el movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se disputa con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni demasiado tarde". Y, aunque al Flaco Cruyff hay que darle siempre la razón o casi siempre, porque "hay encuentros en los que Lionel Messi recorre 4,3 kilómetros, pero anota cinco goles", según reflexionó Jurgen Klopp, el entrenador alemán del Liverpool en una entrevista en el 'Daily Mail' sobre las diferencias físicas entre la Liga española y la Premier, el resto de futbolistas nunca estarán en el lugar y el momento adecuado para contactar con la pelota si racanean carreras.
El delantero del Celta Igo Aspas firmó el sábado contra el Barcelona en el Camp Nou una actuación imponente. No sólo fue decisivo para el empate de su equipo en uno de los campos más complicados de la Liga al anotar un gol y regalar una asistencia a Maxi Gómez, sino que se despliegue en el campo fue asombroso. El delantero nacido en Moaña recorrió 11,5 kilómetros, un registro más habitual en un centrocampista aplicado que en un delantero talentoso.
ENTREGA
Por apoyarnos en una comparación para situar el nivel de esfuerzo del atacante celeste, en un partido de gran intensidad como el Clásico disputado el pasado mes de abril en el que Messi acabó enseñando su camiseta al Santiago Bernabéu tras anotar el 2-3, el futbolista que castigó sus piernas con más kilómetros fue Sergi Roberto, con 12,07. Fue el único que superó la actuación del sábado de Aspas, ya que esa noche Ivan Rakitic hizo 11,48 kilómetros y el carrilero Jordi Alba 11,3. En el equipo merengue Toni Kross firmó 10,93 kilómetros, Carvajal 10,29 y Modric 9,72. Se trata de futbolistas que sobre el papel ocupan más espacio en el campo que un atacante.
Se disculpaba el entrenador Miguel Ángel Lotina cuando su Deportivo se descosía en la tabla en la temporada 2010-2011 argumentando que el tan alabado Súper Dépor jugaba mucho más lento que el equipo que dirigía. Y aunque la velocidad del juego y los kilómetros recorridos le diesen la razón, el descenso de categoría se la quitó o se la entregó a Johan Cruyff.
Con Iago Aspas no hay dudas. Tiene talento y no negocia con el compromiso. Lleva ocho goles en Liga, es infalible desde el punto de penalti y también maneja con destreza otras suertes del gol como los lanzamientos de falta o el remate de cabeza. Si mantiene el estado de forma actual y lo respetan las lesiones, la discusión no será si Iago Aspas estará en la lista de Julen Lopetegui para disputar el Mundial de Rusia, sino si será titular en una selección que aspira a conquistar el título.
