ENTREVISTA

"Una medalla de oro te da el derecho a ser escuchada"

Está siendo habitual que Támara tome parte en las regatas de la Ría de Vigo esta temporada.
photo_camera Está siendo habitual que Támara tome parte en las regatas de la Ría de Vigo esta temporada.

Echegoyen continúa sin despejar su futuro deportivo tras el cuarto puesto obtenido en los Juegos Olímpicos de Río

¿Ha tomado una decisión sobre su futuro?

De momento no. Pedí calma y es cierto que estoy probando cosas y opciones. Aún tengo en la cabeza seguir con Berta Betanzos, pero todavía no hay una decisión tomada. Prefiero estar calmada y, cuando lo tenga claro, lo diré. Estoy disfrutando en casa y haciendo todas las cosas que antes no podía. Durante los últimos ocho años hice dos ciclos olímpicos duros, muy intensos, y te quitan mucho tiempo. Necesito relax y desconexión.

¿Le metieron algo de prisa desde la Federación Española?

Por ahora no. Es bueno que la gente esté interesada en mi carrera y mi futuro. Lo entiendo, pero soy consciente de que lo importante es tomar la decisión correcta y para hacerlo necesito calma. Lo que es seguro es que voy a seguir. Ahí no tengo dudas.

¿Se dio cuenta de que necesitaba esa parada?

Estaba acostumbrada a estar al máximo, a rendir a un nivel muy alto y es una dinámica a la que te haces. Tienes que desacostumbrarte un poco y, con el paso de los meses, necesitaba parar y bajar la intensidad. Ahora estoy con otros objetivos, un poco más relajados, y me doy cuenta de que es muy importante para después volver al máximo. En cuanto entre en un proyecto, no habrá parada y ya volveré. Estoy disfrutando y todavía queda Támara para rato.

¿Le dio muchas vueltas a la última regata de Río?

No tantas a la regata en sí, como al hecho de vivir una situación así de dura. Tenía una medalla a mi alcance y me volví sin ella. Llegamos a los Juegos con nivel para llevarnos una, pero al final la clase estaba muy igualada y las tres compañeras que la obtuvieron trabajaron tanto como nosotras. Ahora, más calmada, hay que analizarlo objetivamente, pero claro que es una situación dura. Cuando vas a unos Juegos, crees en ti misma y tienes el objetivo al alcance, no obtenerlo duele. Meses después, estoy contenta porque veo que se valoró nuestro trabajo y nuestro nivel. Es algo fundamental en el mundo del deporte, el poder ser una referencia para los que vienen por debajo y también para los que están al máximo.

En Londres obtuvo un oro cuando no era la principal candidata y en Río se le escapó cuando parecía que llegaba mejor al tramo final.

Es así. Para mí, las sensaciones que tuve en ambos casos fueron muy buenas y parecidas. Desde el primer día que salí al agua pensé que íbamos a hacer algo bueno y así lo hicimos. Después, uno de los amigos que tengo en la vela y que ganó el oro me dijo: "La diferencia entre tú y yo es una regata de veinte minutos. Eso no nos hace mejores o peores". Es la realidad. No gané, pero estoy muy orgullosa. En ocasiones, tienes que luchar con eso de que no se confíe en ti y lograr una medalla o con que sí exista la confianza y se escape en la última regata.

El último campo de regatas en Río era distinto y ya avisó de que no le gustaba. Fue premonitorio.

Sí. Los Juegos de Río eran una incertidumbre. Teníamos todo atado, muy estudiado, pero lo único que no podías controlar era la incertidumbre de ese campo de regatas. Sabía que el Pao de Azucar, donde se corrían las Medals Race, era un campo de minas. Finalmente, nuestra regata fue impredecible. Se cometieron errores, más de los que se pudieron ver. Tenemos que tomar esa experiencia, analizarla y, ya que no vienes con la medalla, por lo menos regresar siendo una mejor regatista.

En los últimos ocho años pasó del anonimato a ser conocida, incluso más allá del mundo de la vela.

Un oro olímpico cambia la vida. Supongo que dependiendo del deporte, el cambio será mayor o menor, pero la cambia. A nivel mediático, en Galicia siempre se me trató bien, y a nivel español subió mucho la atención tras Londres. No obstante, siempre digo que lo que te da una victoria así es el derecho a ser escuchada. Cuando me siento delante de alguien y hablo, comento cómo se deben hacer las cosas o cómo no, la gente me escucha. Eso es lo que te da un oro.

¿Le gustaría ser monitora o entrenadora de vela?

Me gustaría enseñar, pero no desde un punto de vista profesional. Me gusta ayudar a la gente que empieza y contestar a todas las preguntas que pueda, pero de la base. Prefiero hacerlo de una forma espontánea, de ocio. De momento, lo que me gusta es navegar, estar en el agua y aprender. Todavía me queda mucho por aprender para seguir mejorando.

¿Todavía le queda mucho por aprender?

Siempre me gustó y saco cosas de cualquier persona. Es algo que me caracteriza. Siempre busco ser mejor y para logarlo, tienes que aprender. Ojalá me queden muchas cosas por asimilar porque, si ahora tengo un nivel alto, todavía puedo llegar más lejos. Escuchar y aprender mucho porque me va hacer mejor.

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