Año nuevo, nuevas oportunidades de negocio

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¿Cuál es el momento ideal para montar un nuevo negocio? ¿Es mejor salir con un proyecto en enero o en septiembre? ¿La campaña de Navidad es siempre una oportunidad? A la hora de emprender un nuevo negocio las dudas sobre el momento idóneo para arrancar son una de las barreras para los emprendedores, junto con la financiación necesaria para ponerlo en marcha.

Comenzar un nuevo proyecto desde cero implica dedicar mucho tiempo a la planificación: estudios de mercado, búsqueda de financiación, localización de la oficina, preparación del material comercial para el lanzamiento... un sin fin de acciones que son imprescindibles para arrancar el proyecto con un mínimo de garantías de subsistencia.

La mayoría de las empresas de nueva creación se formalizan en el primer semestre del año, especialmente en primavera. Del mismo modo, septiembre se constituye como el mes del segundo trimestre con mayor número de inscripciones de empresas de nueva creación. ¿A qué se debe esta predilección? ¿Responde a criterios estratégicos?

Los expertos confirman las motivaciones estrategias detrás de estos picos de actividad empresarial. Habitualmente, el emprendedor dedica entre seis y nueve meses a la planificación de los primeros pasos de cualquier negocio: estudio de la viabilidad del proyecto, redacción del plan de empresa... de tal forma que a finales de año suelen tener cerrados la mayor parte de los elementos necesarios.

Entre ellos la financiación. El 80 por ciento de los nuevos emprendedores utilizan la capitalización del paro para arrancar el proyecto, acudiendo en segundo término a los familiares más cercanos. La financiación mediante préstamos o créditos se establece como la tercera vía de financiación para nuevos proyectos.

En los últimos años, se ha instaurado una tendencia interesante en el campo de la financiación de nuevos proyectos. Se trata de un préstamo para emprendedores en formato de microcréditos.

Solicitar un microcréditos online con intereses bajos ha simplificado las gestiones para acceder a esta fuente de recursos económicos para emprendedores. Según explican expertos en financiación para nuevos empresarios, ayuda a los emprendedores a eliminar algunas de las barreras que encuentran en su camino hacia el éxito.

Fiscalidad

Otro de los argumentos que esgrimen los expertos en creación de empresas para aguardar al comienzo de año para dar salida al proyecto se basa en criterios de fiscalidad. El hecho de registrar una empresa en los últimos meses del año, aunque sea en el último día del mismo, deriva en una serie de obligaciones fiscales y mercantiles para con Hacienda.

Esto es, supone un sobrecoste administrativo que el emprendedor se puede ahorrar aguardando hasta comienzos del año siguiente: pago de impuestos, recogida de los resúmenes anuales, presentación de las cuentas anuales y de los libros de registro mercantil.

Excepcionalmente, puede ser interesante para el empresario registrar antes del fin de año fiscal la empresa. Tal es el caso del acceso a subvenciones y ayudas para las que exijan este requisito a la hora de concederlas.

En este caso, ¿qué momento es el más idóneo? Los expertos consultados coinciden en señalar que de poder elegir entre septiembre y octubre, a efectos fiscales resulta más conveniente realizar los trámites de constitución de la empres a en octubre, ya que septiembre contabiliza a la hora de presentar IVA trimestral y otras obligaciones fiscales, que se pueden posponer con esperar a octubre.

Los sectores con mayor proyección

Los principales nichos de autoempleo actualmente en España se engloban dentro del sector servicios, como informan desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), principalmente en áreas como la pequeña hostelería, las nuevas tecnologías y el comercio al por menor.

En el ámbito de los jóvenes emprendedores, señalan, optan por actividades más vinculadas a la consultoría y los servicios a empresas.

Según el estudio de Empresa Actual sobre tendencias de emprendimiento, los sectores con mayor proyección para la creación de nuevos proyectos empresariales pasas por algunas de las disciplinas que ha traído consigo la revolución tecnológica.

Así, el Internet de las Cosas, a pesar de haber vivido un 2017 con un gran desarrollo, apenas ha alcanzado una cuota de desarrollo óptima. La automatización de procesos apenas ha comenzado con los productos inteligentes.

De la mano del IoT, camina la inteligencia artificial. El número de empresas cuya actividad se vincula a su desarrollo se ha multiplicado en los dos últimos años. La inteligencia artificial va más allá de los chatbots. Los procesos productivos no volverán a ser iguales una vez se complete el círculo completo del aprendizaje de las formas de comunicación artificiales.

En esta evolución ha tenido mucho que ver la irrupción del Big Data. La información que genera la revolución digital tiene gran potencial. Sectores como la industria, la sanidad y la ciencia apenas han desarrollado iniciativas de aprovechamiento del potencial de la información para aplicaciones empresariales.

Otros campos como la realidad virtual también tienen abierto un importante campo de perfeccionamiento. Sectores como la automoción o el sector inmobiliario están despertando a las posibilidades de su uso para la comercialización de sus activos.

Sectores tradicionales en los que innovar

La evolución económica no va a depender exclusivamente de los desarrollos que consigan los nuevos sectores productivos. Los tradicionales han encontrado las vías para realizar importantes transiciones y adaptación de las nuevas formas de producción.

La agronomía ha comenzado a aplicar la información y la automatización al cultivo y procesado de los recursos. Desde los drones con los que los agricultores analizan la tierra para tratar los cultivos y obtener los mayores rendimientos de cada porción de terreno. Desde el ámbito de iniciativas sociales para el desarrollo de zonas desfavorecidas se apuntan a estas técnicas como la agricultura del futuro para dar respuesta a una demanda siempre creciente.

Las industrias han instaurado planes de modernización, ya no solo en el campo de la producción sino sobre todo en los procesos. La información y el conocimiento en estos campos ayudan a las empresas a maximizar los resultados con menores costes de producción.

La banca, por su parte, ha entrado tarde en el juego del procesamiento de la información. Sin embargo, su apuesta es decidida. Se prevé que las fintech supongan un importante impulso del empleo especializado técnico.

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