ECONOMÍA

Blockchain, bitcoin... ¿Sabemos qué son?

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photo_camera Propaganda del régimen de Maduro de su criptomoneda Petro.

El modelo de los negocios no solo puede cambiar, sino que ya está cambiando en todo el mundo. Pero no es oro todo lo que reluce. Un ejemplo: no es lo mismo un petro que un bitcoin. Al menos a día de hoy. 

Esta semana se supo que el petro, la criptomoneda de Venezuela, no se encuentra realmente en ninguna parte. La agencia Reuters llevó a cabo una investigación exhaustiva de cuatro meses sobre la moneda digital que Nicolás Maduro lanzó en febrero y apenas encontró rastro de la misma. Visto lo visto, el petro está lejos de parecerse al bitcoin, un protocolo y red P2P que se utiliza como criptomoneda, sistema de pago​ e incluso mercancía.

El fundamento del bitcoin está la tecnología de base de datos llamada blockhain, que permite un registro permanente y seguro de todas las actividades realizadas. Pero entre los expertos, hay dudas más que razonables sobre el anonimato de las transacciones de bitcoins hechas por la tecnología blockchain. Un ejemplo: si bien el mundo del blockchain elimina intermediarios, también crea otros, pues al vender un bitcoin o hacer una consulta sobre un bitcoin habrá que recurrir a alguien. El anonimato nunca es total. Y tampoco lo será para el petro, vetado por Estados Unidos.

La red de bitcoin debe tener entre 11.000 y 12.000 nodos en el mundo, esto quiere decir que hay esa misma cantidad de todas las transacciones que se han hecho en la red. Si un bitcoin pasó por las manos de una red de narcotraficantes se sabe. Y si pasa algo grave y un juez pide esa información, la va a tener en cualquier país, porque hay al menos 11.000 copias idénticas de esas transacciones. “Una cosa es que las autoridades no pregunten, pero pueden preguntar, y si lo hacen, tienen la manera de obtener toda la información”, advierte César Molinas, doctor en Economía y consultor.

Sobre el papel, un registro blockchain puede ser accesible a mucha gente. Aplicarlo a datos como los de Hacienda, el Registro de la Propiedad o el Catastro claro que puede mejorar la transparencia pero también lastra la intimidad, con infinidad de datos al descubierto.

Para los estados es todo un reto regular estas nuevas situaciones y, como dice César Molinas, “tampoco está claro que viendo lo que la gente declara a Hacienda se sepa si roba o no”. Por otra parte, la información que ya tienen las entidades bancarias sobre sus clientes es enorme, hasta el punto de que no dan el mismo crédito a una persona que saque dinero por la noche que por el día.

Este tipo de información se extiende a las propias divisas –o criptodivisas– cuando se hacen transacciones en una red blockchain, que en definitiva viene a ser un registro de datos, un gran libro de cuentas. En este caso, cada transacción de un objeto se une a la historia previa de todas las transacciones que se han hecho de ese objeto. Es una base de datos pero con un modelo distinto al de todas las creadas hasta ahora, ya que el blockchain multiplica su potencial: es descentralizada, multiusuario y se distribuye por distintos nodos, que son los ordenadores que participan en la red.

Alicia Pertusa, responsable de Estrategia y Blockchain en Customer Solutions de BBVA, cree en el potencial del blockchain en el entorno financiero, hasta el punto de que puede cambiar “todo el modelo de los negocios”. Es una base “segura e inmutable”, explica, “porque funciona como bloques”. No se tacha, no se añade información que sustituya a la anterior, sino que la información se va añadiendo como una cadena y cada nuevo bloque contiene la información del bloque anterior; “por eso es imposible de romper”, concluye Alicia Pertusa

@J_L_Gomez

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