ECONOMIA

¿Coches eléctricos? Sí, pero minoritarios

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photo_camera Cadena de montaje en la fábrica

La inmensa mayoría de los vehículos siguen equipados con motores tradicionales, que podrían caer al 85% en 2025, en una previsión optimista para los eléctricos. Otras innovaciones pueden correr más. 

Los avances tecnológicos progresan cada vez más rápido pero tampoco tanto como a veces se nos hace creer. El ejemplo más evidente lo tenemos en los coches, uno de los mundos más fascinantes para la publicidad y también para millones de personas que, tengan el coche que tengan, sienten especial atracción por diversos modelos.

Los debates solían centrarse antes en las motorizaciones y los diseños. Ahora, cada vez que se habla de coches también salen a relucir las fuentes energéticas –electricidad, gasoil, gasolina, gas…–, la conectividad de los vehículos, su seguridad, su peso –clave para reducir las emisiones– y otras cuestiones que tienen que ver con las nuevas tecnologías, de modo que el coche se convierte a menudo en un aparato más conectado a la red.

Todo eso es cierto pero no lo es menos que no es oro todo lo que reluce. Uno de los mitos es el coche eléctrico, que –salvo en China– sigue siendo minoritario. Otro es el coche autónomo, sin volante, que tardará años en implantarse. Y no digamos el coche volador. Lo que sí es cierto es que hoy en día ya nadie se extraña al hablar en estos términos, entre otras cosas porque hay prototipos de vehículos voladores.

¿Puede considerarse marginal el coche eléctrico cuando ruedan en el mundo más de 3 millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables? En términos relativos –0,2%–, sí, porque en el mundo hay 1.300 millones de coches. Ni siquiera en un país avanzado como España se venden muchos eléctricos: un 0,5% el año pasado. “La verdad es que nadie tiene ni idea de cuándo van a llegar los cambios que se anuncian en el sector del automóvil”, dijo Francisco Riberas, presidente de Gestamp –líder mundial en la fabricación de componentes metálicos para coches– en un curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Pero el también presidente del Instituto de la Empresa Familiar sí tiene claro lo que pasa con el coche eléctrico: “No creo que Tesla fabricara el año pasado más de 40.000 coches, Volkswagen fabrica 43.000 al día”.

En el mejor de los casos, los coches eléctricos representarán un 15% de la producción mundial prevista para 2025, si finalmente se alcanza el objetivo de fabricar 17 millones de vehículos de un total de 115 millones.

Para España –también para Galicia– es importante todo lo que pasa con el mundo del automóvil, al tratarse de un país productor. España se consolidó en 2017 como el octavo mayor fabricante de coches del mundo, al producir 2,8 millones de automóviles, que en su mayoría se exportaron. El mercado español absorbe 1,2 millones de coches nuevos al año, el doble que en los peores momentos de la crisis pero bastantes menos que en la recta final de la bonanza, allá por 2007. Queda mucho por renovar en su parque móvil, compuesto por unos 30 millones de vehículos.

¿Por qué también es importante el futuro del automóvil para Galicia? Por Citroën, pero no solo por esta filial de PSA. Si algo está garantizado es un fuerte crecimiento de la externalización de componentes, causado por los cambios tecnológicos que el automóvil tendrá que afrontar y que son un factor cada vez más decisivo a la hora de vender. Galicia no tiene una Gestamp –más de 8.000 millones de facturación y 41.000 trabajadores– pero sí posee importantes auxiliares que podrían crecer si saben acompañar a todos los grandes fabricantes.

@J_L_Gomez

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