GM está a la defensiva por grave defecto pero afirma que sus ventas no sufren

General Motors (GM) está a la defensiva desde que en febrero se vio obligada a llamar a revisión millones de vehículos defectuosos y reconocer que conocía el grave problema desde hace años, pero el fabricante asegura que sus ventas no están sufriendo la mala imagen.

Los ejecutivos de GM han declarado en los últimos días que sus ventas en Norteamérica se mantienen fuertes y que los consumidores no están pasando factura al fabricante de automóviles por los errores cometidos por la "Vieja GM", la empresa que "desapareció" oficialmente con la salida de la suspensión de pagos en 2009.

"Tenemos la mejor cartera de productos en nuestra historia. Estamos ganando a un ritmo que nunca antes habíamos tenido. Y tenemos que concentrarnos en lo que podemos controlar", fue la respuesta que la consejera delegado de GM, Mary Barra, dio a los periodistas la semana pasada en el salón del automóvil de Nueva York.

Las palabras durante el salón neoyorquino de los ejecutivos de GM se corresponden con los hechos: las ventas de automóviles durante marzo, cuando ya se conocían muchos detalles del defecto que afecta a millones de vehículos, aumentaron un 4,1 % con respecto al mismo mes de 2013.

Pero eso no significa que el defecto en el sistema de ignición que afecta a 2,6 millones de automóviles fabricados por GM en los últimos años no vaya a tener un impacto económico negativo para el mayor fabricante de coches de Estados Unidos.

El 24 de abril General Motors dará a conocer los resultados financieros del primer trimestre del año y la empresa ya ha advertido de que las cifras reflejarán al menos un cargo de 300 millones de dólares relacionado con la llamada a revisión del defecto en el sistema de ignición.

Pero como consecuencia de la mayor atención y cuidado que GM está mostrando desde que se supo que el fabricante había ignorado durante años el problema en sus vehículos, la empresa también anunció en marzo que había suspendido la venta de las furgonetas Chevrolet Express y GMC Savana por otro defecto.

Aunque la suspensión de las ventas de las furgonetas no va a suponer grandes pérdidas a GM, es un factor económico que se añade a la situación.

El otro factor es la cotización de los títulos de GM. Cuando empezó el año, sus acciones se cotizaban a 40,87 dólares en el mercado de Nueva York. Al cierre de los mercados el viernes, los títulos habían caído a 33,98 dólares, una pérdida del 17 % del valor.

Si la experiencia vivida por Toyota a finales de la primera década de este siglo con el problema de las aceleraciones involuntarias sirve para prever qué puede pasar con GM, es pronto para declarar que el defecto del sistema de ignición no afectará sus ventas.

Entonces, Toyota se vio forzada a llamar a revisión millones de vehículos en todo el mundo para arreglar un defecto que permitía que el pedal del acelerador se quedase atrapado, produciendo aceleraciones involuntarias y accidentes, algunos de ellos mortales.

La imagen de Toyota como fabricante de vehículos seguros y de calidad se vio dañada, especialmente en Estados Unidos, y sus ventas en 2010 cayeron un 1,5 %. En 2011, las pérdidas se acentuaron al reducir sus ventas otro 7 % en Estados Unidos.

Toyota sólo se recuperó en 2012, cuando vendió 1,8 millones de unidades, a los niveles anteriores a la crisis de 2010.

Pero las consecuencias de las acciones de Toyota con respecto a ese defecto no se limitaron a esas pérdidas.

El fabricante japonés tuvo que pagar 1.630 millones de dólares para poner punto final a las demandas por pérdida de valor presentadas por los afectados debido al defecto del pedal del acelerador.

Pero la empresa todavía se enfrenta a demandas individuales por lesiones como consecuencia de accidentes sufridos en los vehículos afectados por la llamada a revisión.

Y a finales de marzo, Toyota aceptó pagar una multa de 1.200 millones de dólares al Departamento de Justicia de Estados Unidos por mentir al público y los legisladores del país sobre el problema.

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