ECONOMÍA

Madrid, capital y paraíso fiscal

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photo_camera Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid.

Mantiene su liderazgo con los impuestos más bajos en un clima de consolidación de subidas fiscales. Por el contrario, Cataluña, Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana tienen los impuestos más altos

A menudo se cuenta que los millonarios y sus empresas se han ido para Madrid porque allí se pagan menos impuestos. También es cada vez más frecuente que los inspectores fiscales autonómicos comprueben las residencias reales de ciertas personas. No basta con tener una casa en Madrid o estar empadronados: hay que demostrar que la residencia es real; por ejemplo, con los recibos de la luz. Todas esas conversaciones de cafetería y todas las inspecciones en marcha tienen su fundamento. ¿Es Madrid una especie de paraíso fiscal?

Madrid mantiene su liderazgo como la comunidad autónoma española con los impuestos más bajos en un contexto de consolidación de subidas fiscales. Por el contrario, Cataluña, Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana son las autonomías con los impuestos más altos, según acredita el estudio Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2017, del Consejo General de Economistas Asesores Fiscales (Reaf - Regaf), constituido actualmente por más de 5.500 asesores fiscales pertenecientes a los 70 colegios de economistas y de titulares mercantiles de España.

Ni una cosa ni la otra tienen una gran incidencia en la cesta general de impuestos –poco alteran la recaudación total y, en consecuencia, los presupuestos anuales–, pero los contribuyentes a los que les toca pagar determinados impuestos la llevan clara.

Veamos un botón de muestra, en el impuesto de sucesiones y donaciones, ahora con subidas importantes en la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha. En la primera, en la cuota líquida para un soltero de 30 años que hereda bienes por 800.000 euros, la diferencia entre 2017 y 2016 es de 31.596,88 euros más, y en Castilla-La Mancha, de 23.819,43 euros más. Es el fruto de un sistema “complejo, anárquico e indescifrable”, según el Consejo General de Economistas.

¿Se incumple entonces el principio de corresponsabilidad fiscal? Sí, porque, a la vez que se otorgan amplias capacidades normativas en algunos tributos, buena parte de los recursos pasan a engrosar un fondo que se reparte con distintos criterios, el Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales, como advierte el órgano especializado del Consejo General de Economistas para coordinar la actividad profesional de la asesoría fiscal.

El sistema de financiación autonómica ni siquiera es transparente y los resultados de financiación que arroja son arbitrarios, manteniendo unas diferencias que no se explican por las necesidades de gasto, opinan los economistas. Al tiempo, los recursos con los que cuenta el sistema, globalmente considerados, son insuficientes, según las autonomías.

La cesta de tributos cedidos contiene algunos con “regulación obsoleta” y los tributos propios conforman un panorama “demasiado complejo e ineficiente”, alertan los economistas, inquietos ante los problemas de asimetría entre comunidades. Las desigualdades entre comunidades autónomas son muy diferentes según los impuestos. En el IRPF oscilan, en función de las rentas, entre el 6 y el 12%.

El asunto será abordado al hilo de la reforma de la financiación autonómica pero está por verse que haya un replanteamiento general, como le gustaría a Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas.

La salida frente a este estado de cosas podría ser una competencia fiscal con cierta armonización pero ninguna comunidad se brinda a la autocrítica.

@J_L_Gomez

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